Enamorarse en el metro o en el tren: ¿es posible?

Laura Sánchez, Filóloga

Son muchas las mujeres que sueñan con encontrar al hombre de su vida, a ese príncipe azul que las rescate de la monotonía y la haga vivir en una burbuja de amor, pasión y felicidad hasta que la muerte los separe... Sí, las películas románticas hacen un flaco favor a nuestra estabilidad emocional porque nos hacen idealizar el amor creyendo que el hombre perfecto puede ser ese moreno trajeado que vemos todas las mañanas en el metro.

Encontrar el amor en el metro

Pero, ¿realmente puedes encontrar al amor de tu vida en el metro o eso sólo le pasa a Jennifer Aniston en sus películas? En teoría sí sería posible enamorarse en el metro, porque el amor puede estar en cualquier parte; en un bar, en el trabajo, en una librería, en la cola del paro y hasta en la sección de congelados del supermercado. Pero ¿cuántas de tus parejas han surgido de un encuentro casual en el metro?

Seguramente ninguna. Seguramente tu historial amoroso no tiene tantas dosis de fantasía y tus novios responden a encuentros más prosaicos que un intenso flechazo con el tipo más apuesto del vagón del tren. Porque aunque ir a trabajar en metro o en tren tiene poco de glamuroso, hay que reconocer lo apasionado de dos miradas que se cruzan entre la multitud e inmediatamente se conectan a través del deseo paralizando el mundo, el reloj y hasta el mismísimo tren.

Somos conscientes de la dificultad de materializar un enamoramiento surgido de un encuentro casual en el metro o en un tren. Y hablamos de materializar porque la realidad es que son muchas las personas, hombres y mujeres, que cada mañana se enamoran una o varias veces en su trayecto al trabajo. Tal vez por esa sensación asfixiante de sentirte aislada entre tanta gente, necesitas establecer una conexión especial con alguien, por ejemplo con ese desconocido que está leyendo el periódico.

Técnicas para ligar en el metro

Para bien o para mal, ese desconocido acaba bajándose una parada antes que la tuya y tú eres incapaz de dar un paso más, de dejar de fantasear en lo que le dirías y pasar a la acción. Cuando en realidad, si se puede ligar en lugares tan variopintos como una biblioteca, un gimnasio, o cuando sales del bar a fumar, también se podría hacer en el metro. ¿Por qué no?

Hay que advertir que ligar en el metro requiere una mayor sutileza que en otras situaciones, no vaya a ser que el apuesto desconocido y el resto de los viajeros te tomen por una peligrosa desequilibrada; que de peligro ninguno. Pero si te has enamorado de alguien con el que coincides cada día, no estaría mal por empezar cambiando esa cara de mal humor mañanero y sonreír, especialmente cuando cruces tu mirada con la suya.

También debes ir olvidándote de escuchar música en tu trayecto al trabajo, porque llevar los auriculares puestos es una clara advertencia al mundo de que no estás dispuesta a entablar ninguna conversación. Y por supuesto que puedes utilizar el viejo truco de que se te caiga algo al suelo, casualmente cerca de él. Ya veremos lo que pasa. En cualquier caso, si no consigues nada, presta más atención al resto de los viajeros, seguro que alguno también está buscando el amor en ese mismo vagón.

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