La heroica vida política de Adolfo Suárez, artífice de la Transición Española

Olivia Blanc

Adolfo Suárez, el primer presidente democrático de España, ha fallecido en Madrid a los 81 años de edad. Tras haber estado alejado de la vida pública a causa de una demencia senil, sus familiares han anunciado su muerte en la Clínica Cemtro situada en la capital. Pese a que tuvo que dimitir de su mandato como Presidente de Gobierno, Suárez será recordado durante toda la eternidad como uno de los artífices de la Transición Española. 

Adolfo Suárez fue gobernador civil de Segovia, director general de TVE en la última etapa del régimen franquista y ministro del gabinete de Arias Navarro, pero pasará a la historia por ser el primer presidente elegido por los españoles después de 40 años de dictadura.

 Nacido en 1932 en la localidad de Cebreros (Ávila), Adolfo Suárez se licenció en Derecho por la Universidad de Salamanca. Después de desempeñar diferentes cargos dentro de las estructuras del régimen franquista -formó parte de la Secretaría General del Movimiento y fue jefe del Gabinete técnico del Vicesecretario General- fue nombrado gobernador civil de Segovia en 1968. Un año después, en 1969, fue designado director general de Radio Televisión Española, cargo en el que permaneció hasta 1973.

Sus inicios en la política española

En abril del año 1975 fue nombrado vicesecretario general del Movimiento y el 11 de diciembre de 1975 entró en el primer Gobierno de Arias Navarro, formado tras la muerte de Franco, como ministro secretario general del Movimiento. Sin embargo, el Gobierno del último presidente de la dictadura careció de los apoyos suficientes y no supo acometer el proceso de reformas que el país necesitaba y Arias Navarro presentó su dimisión. Entonces, el Rey don Juan Carlos encargó a Adolfo Suárez formar Gabinete gubernamental.

Su nombramiento como Presidente de Gobierno el 3 de julio de 1976, cuando era prácticamente un desconocido para la mayoría de los españoles, generó dudas y muchas críticas. Para los sectores conservadores, el elegido era demasiado joven e inexperto; para la oposición, demasiado vinculado al anterior régimen. 

Adolfo Suárez, líder del desmantelamiento de la dictadura

Pese a las reticencias de la población, Adolfo Suárez, con las armas del diálogo y el consenso, supo reunir a un grupo de políticos de su generación, desde antiguos falangistas hasta socialdemócratas, y desmantelar el régimen franquista. Sus primeros 11 meses de gobierno estuvieron marcados por la Ley para la Reforma Política que, al ser aprobada en noviembre de 1976, supuso el suicidio político de las Cortes franquistas. La respuesta posterior de los españoles en referéndum popular fue contundente: el 94,1% dijo sí.

Su decisión de nombrar al teniente Gutiérrez Mellado vicepresidente del Gobierno fue también clave para controlar a las altas esferas militares y disipar el peligro golpista del Ejército. No obstante, el proceso reformista de Suárez también se veía amenazado por la violencia de los grupos terroristas nacionalistas como ETA o de extrema izquierda como el GRAPO.

El año fundamental en la vida política de España fue 1977, cuando Suárez fue elegido el 15 de junio por los ciudadanos como presidente del Gobierno en las primeras elecciones generales que celebraba España desde 1936, al frente de la Unión de Centro Democrático (UCD), que aglutinaba a los aperturistas del franquismo con algunos elementos democráticos de la antigua oposición democrática.

Suárez y el proceso constitucional

Unos meses ante, el 9 de abril de 1977, se produjo otro de los hitos de su carrera política: la legalización del Partido Comunista de España (PCE), con Santiago Carrillo al frente. Una decisión que le granjeó las críticas del Ejército y de los sectores más conservadores. 

Los dos grandes desafíos de Suárez al frente del Gobierno de España se situaban entonces en redactar la Constitución y enfrentarse al terrorismo de ETA y al peligro golpista. El primero de sus objetivos se cumplió el 6 de diciembre de 1978, cuando el pueblo refrendó la Carta Magna aprobada por las Cortes.

Adolfo Suárez gana por segunda vez las elecciones

El 3 de marzo de 1979, Adolfo Suárez ganaba por segunda vez unas elecciones generales. De este modo comenzaba su tercer y último mandato como presidente del Gobierno, marcado por las críticas y por el ascenso de la izquierda, que se hizo con los principales ayuntamientos del país tras los primeros comicios municipales.

En el centro de los problemas políticos a los que se enfrentó Suárez estuvieron las divergencias y peleas en el seno de la UCD, una gran coalición de partidos políticos de muy variado signo y la presión del PSOE de Felipe González, que se iba erigiendo en la gran alternativa del Gobierno. La difícil situación económica y la moción de censura que presentó el PSOE contra el presidente en la primavera de 1980, contribuyeron a su desgaste.

La dimisión de Suárez y el Golpe de Estado de Tejero

El 29 de enero de 1981 Adolfo Suárez presentó su dimisión, tras casi cinco años en la Presidencia del Gobierno. Ese mismo año, el monarca le concedió el título de Duque de Suárez por su papel en la Transición.

Semanas después, varios guardias civiles armados capitaneados por el teniente coronel Antonio Tejero pretendieron dar un golpe de Estado militar, mientras el Congreso se disponía a votar el nombramiento de Leopoldo Calvo Sotelo como presidente del Gobierno. En ese momento crucial para España, Suárez fue el único que, junto al entonces secretario general del Partido Comunista de España, Santiago Carrillo, permaneció en su escaño. Su imagen, primero enfrentándose a los golpistas y después sentado impertérrito mientras el resto de diputados se echaban al suelo, será una de las que acompañen para siempre la memoria del ex presidente.

Adolfo Suárez abandona la política

Tras abandonar el Gobierno, Suárez abandonó la UCD y fundó el Centro Democrático y Social (CDS), que en las elecciones de 1982 que ganó Felipe González, obtuvo sólo dos diputados. La UCD sufrió también un batacazo, que le dejó como cuarta fuerza política, hasta que finalmente desapareció en 1983.

El primer presidente de la democracia participó en las elecciones de 1986 y 1989 con el CDS, en las que revalidó su escaño como diputado por Madrid. Pero, finalmente, tras un mal resultado en las municipales y autonómicas de 1991, dimite como presidente del partido y anuncia su abandono de la política. Años después, comenzó a trabajar como asesor de empresas privadas y con asociaciones humanitarias.

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