Las frases más temidas en una relación de pareja: del amor al desamor

Laura Sánchez, Filóloga

Dada la riqueza lingüística de nuestro idioma, nos extraña bastante que siempre echemos mano de las mismas frases típicas que anuncian el desastre en una relación, ya sea en una pareja consolidada, o en un incipiente amor. Pero el caso es que todas hemos usado alguna de ellas para romper una relación o las hemos escuchado de boca de nuestra pareja. Y ante la sensación de disgusto, cuando no de pánico, que se apodera de nosotras cuando las escuchamos no estaría mal rebuscar en nuestro fondo lingüístico para encontrar otras expresiones que no causen tanta conmoción. De momento, y hasta que encontremos nuevas formas de expresar el desamor, tendremos que analizar esas 5 temidas frases para reconocer honestamente qué es lo que queremos decir con ellas.

Frases para el desamor

Tenemos que hablar. Esta frase se sitúa en el número 1 del ranking de las frases más temidas en una relación. Anuncia un desastre inmediato y fulminante y si nos da tanto miedo es porque su significado real entra es una completa contradicción con su significado lingüísitco. No es que tengamos que hablar, es que la relación está tan deteriorada que ya no merece la pena ni hablarlo. Así que expresamos nuestra queja hacia esos hombres que utilizan este recurso cuando probablemente no se han dignado a "hablar" durante la relación y ofrecemos una alternativa menos contundente: "Cariño, estoy pensando que..."

Es mejor que seamos amigos. Tú estás encantada con tu nuevo amor, disfrutando de las primeras etapas del enamoramiento con ese chico que aún te parece fascinante y de repente, un día, él te suelta esta perla. ¿Amigos?. Tú ya tienes tus amigos; lo que esta frase significa realmente es "no quiero complicaciones, sólo quiero tener sexo contigo, a ser posible frecuentemente". No cometas el error de pensar que si aceptas su forma de hacer las cosas, con el tiempo llegarás a tener una relación con él, pero sí puedes cometer el error si estás dispuesta a disfrutar únicamente del momento, sin más expectativa.

No eres tú, soy yo. Victimismo lingüístico en estado puro. Él te está diciendo que es un desastre y que tú te mereces algo mejor y, si es un buen comunicador, puede llegar a convencerte de que está rompiendo contigo de una forma totalmente altruista. Sabes perfectamente que tras esta frase no se esconde una víctima, sino un egocéntrico, pero para cuidar tu autoestima, será mejor que te la creas a pies juntillas, que pases pases página rápidamente y que, efectivamente, busques algo mejor.

Yo sólo quiero lo mejor para tí. Se trata de la típica frase de un santo varón con aires paternalistas y protectores, que esconde una inmadurez digna del mayor Peter Pan. Lo que en realidad significa es "no tengo ninguna intención de tener una relación contigo, porque prefiero seguir con mi estilo de vida de galán nocturno hasta que el cuerpo aguante". Y no nos molesta que elija esa opción, sino la hipocresía con la que nos lo hace saber, especialmente cuando esa frase va seguida de un "algún día me lo agradecerás". 

No quiero hacerte daño. Cuidado con esta frase, porque el golpe va a ser fuerte. No hay forma de que salgas indemne de una frase como esta, así que si tu chico empieza una conversación así, lo mejor que puedes hacer es desconectar. No escuches nada más porque te soltará una letanía de excusas para convencerte de que rompe la relación de forma civilizada y madura, convencido de que es lo mejor para que no sufras. Hay varias traducciones posibles para esta frase tan caballerosa, pero en la mayoría de las ocasiones encierra un "te dejo porque estoy enamorado de otra mujer".

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