Cómo afecta la ansiedad a tu trabajo (y cómo evitar perder el empleo)

 

¿Sabías que el 14.3% de los mexicanos sufre un trastorno de ansiedad? Claramente, después de la pandemia por Covid 19, este número creció considerablemente debido a la cuarentena, la incertidumbre e incluso el duelo que muchas familias tuvieron que vivir al perder un ser querido. La ansiedad es un trastorno que puede afectar de manera diferente a las personas, por lo que su detección puede retrasarse o, incluso, nunca llegar.

Pero, ¿una persona ansiosa también puede verse afectada en el ámbito laboral debido a la ansiedad? En este artículo, conocerás más acerca de este trastorno, cómo identificarlo y de qué manera te puede afectar en tu trabajo. Con esta información que te proporciona el psicólogo Javier Gazca Gutiérrez de Doctoranytime podrás evitar que la ansiedad incida de manera negativa en tus resultados y en la productividad y así podrás evitar perder tu empleo.

¿Qué es la ansiedad exactamente?  

Nos preocupan los trastornos de ansiedad porque, si no se tratan, pueden acabar afectando todos los ámbitos de la vida. La ansiedad no solo pone en peligro nuestro propio desarrollo personal, sino que también se ven afectados familia, amigos, pareja y, especialmente el trabajo. Cuidado, porque la ansiedad puede hacerte perder tu trabajo.

Cuando decimos que una persona tiene ansiedad, hacemos referencia a ese sentimiento de inquietud y temor que no se disipa con facilidad. Puede ser una consecuencia de un evento estresante que no tiene una solución inmediata. Para muchas personas, este puede funcionar como un estímulo para hacer sus tareas con más energía. Sin embargo, el problema comienza cuando una persona no puede controlar sus niveles de ansiedad y su rutina diaria se ve afectada. Esto puede ir desde las rutinas de sueño, la manera en que socializamos e incluso el desempeño laboral.

Una de las principales señales de ansiedad es la falta de sueño. Esto no solo genera fatiga que puede durar todo el día sino que implica que la persona no tiene los mismos niveles de productividad en su jornada. Recuerda que el insomnio trae consigo afecciones como irritabilidad, falta de concentración, entre otras.

Síntomas de la ansiedad

En caso de que tengas sospecha de que puedes estar sufriendo este padecimiento, debes de conocer cuáles son los síntomas a los que tienes que mantenerte atento. Los más comunes son:

- Insomnio.

- Cambios en el comportamiento (irritabilidad, impulsividad, entre otros).

- Latidos cardíacos fuertes.

- Mareos.

- Sensación de tener falta de aire.

- Sudoración.

- Sensación de estar constantemente en peligro.

¿Cómo puede influir la ansiedad en el trabajo?

En el ámbito laboral, una persona ansiosa puede tener dificultad para llevar a cabo su rutina, aunque la haya tenido por muchos años. De hecho, la gran parte de las personas con ansiedad laboral se vuelven obsesivas con la rutina. En caso de que, por alguna razón, tengan que experimentar un cambio; lo más probable es que muestran rechazo o negación al mismo. Por otro lado, desarrollan un control excesivo hacia sus tareas y las de su equipo. Todo esto mayormente va acompañado de una sensación de temor por alguna situación que puede o no estar pasando. 

Como hemos visto ya, la ansiedad se manifiesta en una serie de síntomas que inevitablemente van transformando nuestro comportamiento. Con el paso del tiempo, la ansiedad hace estragos en nuestro día a día en forma de insomnio, mal humor, inseguridad, necesidad de control, temor, falta de concentración y un sinfín de dolencias físicas que son el resultado de somatizar la ansiedad.

En todo caso, todos estos síntomas, manifestaciones, o las distintas caras de la ansiedad, repercuten negativamente en nuestro trabajo. ¿Cómo? Para empezar, acudir a trabajar nerviosa, sin haber dormido apenas y con infinidad de preocupaciones que te inquietan resta productividad. En ese estado, es inevitable que rindas menos, que seas menos eficiente y es más probable que cometas errores.

La ansiedad también empeora esos errores que puedas cometer en el trabajo, porque habrás perdido la capacidad para gestionarlos, los verás más importantes aún de lo que son y eso te pondrá mucho más nerviosa. Tampoco podemos olvidarnos cómo afecta la ansiedad al estado de ánimo, que puede hacer que pasar la jornada laboral contigo sea un infierno.

Lo más recomendable es acercarse con un especialista con el que pueda iniciar un tratamiento de terapia y tener un espacio seguro y cómodo para hablar.

 

Qué hacer para que la ansiedad NO afecte a tu empleo

No hay una fórmula mágica, ni siquiera un tratamiento eficaz que evite que la ansiedad afecte negativamente a tu trabajo. Y en ocasiones te vas a encontrar en una delicada situación laboral porque no todo el mundo comprende el alcance de los problemas de ansiedad. Aún a riesgo de incomprensión, la verdad que la mejor manera de reducir daños es comentar abiertamente en tu trabajo el problema que estás sufriendo.

De esa manera, podrás negociar, por ejemplo, otro horario, otro departamento o, incluso, podrías pedir una reducción de jornada si puedes permitírtelo hasta que logres curarte. Eso sería lo ideal, pero sabemos bien que no todas las empresas cuidan de la salud de sus empleados. En ese caso, lo que necesitas es una terapia psicológica para aprender a manejar tu ansiedad.

Si no quieres que la ansiedad afecte en tu trabajo vas a tener que pedir ayuda profesional, un psicólogo que te ayude a transformar tu punto de vista distorsionado por la ansiedad y que logre liberar tu mente de miedos e inseguridades irracionales. Así, tendrás toda tu mente libre para seguir siendo tan eficaz como siempre en tu trabajo y para aportar soluciones.

¿Y tú? ¿Has visto cómo la ansiedad afectaba poco a poco a tu trabajo? Puedes contarnos tu experiencia en los comentarios, ¡ayudarás a otras lectoras!

 

Referencias bibliográficas:

• American Psychiatric Association -APA- (2014). DSM-5. Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. Madrid. Panamericana.
• Barlow, David H. (2000). Desentrañar los misterios de la ansiedad y sus trastornos desde la perspectiva de la teoría de la emoción. American Psychologist, 55(11): 1247-1263. Doi : 10.1037 / 0003-066X.55.11.1247 . PMID 11280938.

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