Esguince cervical: causas, síntomas y tratamiento

Marta Valle

Aunque un esguince cervical en sí no suponga, a priori, una lesión excesivamente grave, debido a sus propias características puede llegar a generar no sólo un dolor agudo sino también una disfunción considerable. El tan temido esguince o latigazo cervical se refiere a la compresión por un lado y al estiramiento por el contrario –lo que se conoce técnicamente como hiperextensión e hiperflexión- de algunos músculos del cuello para después volver a su posición inicial. Habitualmente, vinculamos este tipo de dolencias, sobre todo, a los accidentes de tráfico aunque puede llegar a producirse por otras razones como la práctica de deportes de contacto o un impacto generado durante el desarrollo de una actividad de riesgo.

Causas del esguince cervical

La anatomía cervical es especialmente sensible dado que se encarga de albergar y proteger la medula espinal así como resulta la zona que apoya la cabeza dándole, gracias a su flexibilidad, una gran capacidad de movimiento. Pero es, precisamente, esta flexibilidad la que también hace que las cervicales sean especialmente vulnerables, por lo que el riesgo a sufrir lesiones que la inmovilicen y la dañen es tremendamente elevado.

Las causas fundamentales que desencadenan tamañas distensiones musculares en las cervicales radican en: fomentar una mala higiene postural de forma continua ya sea durante el proceso de conducción, sentados en la oficina o realizando tareas en el hogar, dormir en una posición que distienda en exceso el cuello (al tener, por ejemplo, una almohada demasiado dura o muy alta), realizar cargas de peso sólo por un lado del cuerpo y, por último, los clásicos traumatismos ya mentados con anterioridad debidos a accidentes automovilísticos o a una caída aparatosa.

La sintomatología básica de los esguinces cervicales pasa por la generación de una rigidez patente en el área de la nuca, dolores fuertes en los hombros y dificultad a la hora de trazar giros y movimientos con la cabeza.

Cómo remediar un latigazo cervical

Poniendo de manifiesto, en primer lugar, que si la rigidez que sufrimos en las cervicales llega a ser excesiva yendo acompañada de adormecimiento u hormigueo en el brazo, la visita al médico debería ser obligada, vamos a explicar cuáles son las fórmulas clásicas de tratamiento en los casos de esguinces cervicales.

En la fase crónica de la dolencia, el mejor modo de abordar su recuperación consiste en un proceso de rehabilitación a través de la inclusión de un programa de ejercicios físicos activos en combinación con el uso de antiinflamatorios no esteroideos. Las tablas han de incidir tanto en el fortalecimiento como en la resistencia de la zona de forma que, a medio plazo, se pueda lograr disminuir la incapacidad, mejorar la movilidad y reducir el dolor.

Por su parte, la fisioterapia, a través de técnicas pasivas como los masajes, ha de acentuar la estimulación de la corriente sanguínea en la zona y la prevención del desarrollo de espasmos o contracturas musculares además de mantener el equilibrio del cuello. 

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