Enfermedades cardiovasculares en la menopausia: riesgo y prevención

Consejos para prevenir posibles problemas de salud

Laura Sánchez, Filóloga

Tras la menopausia, el organismo de la mujer se transforma considerablemente. El final de la etapa reproductiva marca el comienzo de la madurez y se trata de un momento en el que hay que tener especial cuidado con la salud.

Si bien los trastornos de la menopausia pasan factura en muchas partes de nuestro cuerpo, uno de los problemas que más nos preocupa es el aumento del riesgo de padecer algunas de las enfermedades cardiovasculares.

Los estrógenos y el corazón

Que las enfermedades cardiovasculares son más frecuentes en las mujeres que han atravesado la menopausia es algo comprobado, al igual que sabemos que este tipo de enfermedades son más letales en la mujer que en el hombre. Lo que muchas personas no tienen muy claro es el motivo de esa mayor incidencia de problemas cardiovasculares tras la menopausia.

La razón no puede ser otra que los estrógenos o, más bien, la ausencia de ellos. Y es que la disminución de hormonas que se produce en la menopausia no es responsable únicamente del aumento de peso, de los sofocos o de los cambios de humor. Los estrógenos tienen también una función protectora del sistema circulatorio, por lo que se ocupan de mantener la salud cardiovascular.

Por otra parte, la falta de estrógenos también es la responsable del aumento del colesterol y de la hipertensión, ambos responsables de muchas dolencias cardiacas como pueden ser los infartos, los ictus o la insuficiencia cardiaca. Se trata de un problema importante que sufren especialmente las mujeres que han pasado de los 50.

Prevenir las enfermedades del corazón en la menopausia

Nos hemos preguntado si hay algún medio de prevenir las enfermedades cardiovasculares en las mujeres que han pasado la menopausia. Y la respuesta es un “sí” rotundo. Si bien hay otras enfermedades asociadas a la menopausia, como el cáncer de mama, que tiene un fuerte componente genético, las enfermedades cardiovasculares pueden prevenirse con los hábitos adecuados.

Un estilo de vida saludable, con una dieta sana y la práctica de ejercicio físico adaptado a la mujer madura, puede reducir considerablemente el riesgo de padecer una de estas enfermedades cardiovasculares. Para ello se aconseja reducir la ingesta de grasas en la dieta habitual y alejarse de un estilo de vida sedentario que puede mermar nuestra calidad de vida.

Además, hay que tener en cuenta el aumento de peso que suele producirse en la menopausia, por el que muchas mujeres tienen que vivir su madurez con los riesgos añadidos del sobrepeso. Y por supuesto, no podemos olvidar que uno de los factores de riesgo más importantes en las enfermedades cardiovasculares es el tabaco.

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