Flujo en la menstruación: cuándo el flujo vaginal es anormal

Sara Izquierdo

Aunque no le demos importancia y nos llegue incluso a molestar, el flujo vaginal cumple una función muy importante en el cuerpo de la mujer, protege la vagina de posibles infecciones, además de limpiarla y humedecerla. Es producido por las glándulas que se encuentran dentro del cuello del útero, las glándulas cervicales liberan esa mucosidad como defensa hacia las bacterias.

Hay que tener en cuenta posibles cambios en su aspecto ya que pueden ser síntoma de alguna enfermedad.

Flujo vaginal anormal

El flujo mantiene a la vagina en una constante humedad dotándola del nivel de acidez adecuado, un pH de 3.5 a 4.5. Si este nivel cambia, estaremos creando una atmósfera perfecta para la incubación de distintos microorganismos. Cuando esto pasa, nuestro flujo cambia, por lo que tenemos que permanecer atentas y darnos cuenta de si tenemos alguno de los siguientes síntomas.

+ Textura distinta a la habitual.

Olor desagradable.

+ Sangrado, cuando no se corresponde con la menstruación.

+ Cambio de color, en especial si es verdoso, grisáceo o se asemeja al pus.

Picor y/o escozor en la zona genital.

La candidiasis, la vaginitis bacteriana y la gonorrea son algunas de las enfermedades que provocan estas alteraciones en el flujo. Si las observas, no dudes en acudir a tu ginecólogo.

Flujo menstrual

Sin embargo, nuestro flujo puede cambiar dependiendo del día del ciclo menstrual en el que nos encontremos. El nivel de hormonas, como son los estrógenos, que tenga nuestro cuerpo hace que, por ejemplo durante los días que estamos ovulando, el flujo sea más abundante y, por el contrario, más escaso los días anteriores y posteriores a la regla.

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