Tratamientos para tu piel: descubre la dermoabrasión y la microdermoabrasión

Saúl C. Montaño Quintanilla

La dermoabrasión y la microdermoabrasión son técnicas estéticas que nos permiten mejorar notablemente el aspecto de la piel, rejuvenecer el rostro, atenuar las arrugas y las líneas de expresión, así como eliminar manchas producidas por el sol y cicatrices faciales. El resultado es un aspecto rejuvenecido con una piel más lisa y sin imperfecciones.

Qué es la dermoabrasión

La dermoabrasión es una técnica quirúrgica que elimina las capas más superficiales de la piel con un rodillo con partículas de diamante dejándola más lisa y eliminando las imperfecciones. Esta cirugía se puede realizar en todo el rostro o en áreas determinadas, según el problema a solucionar. El procedimiento consiste en ir eliminando las capas de piel dañadas hasta que se alcanza una capa de piel sin imperfecciones, por lo que el nivel de profundidad alcanzado variará en cada caso.

La dermoabrasión tendrá que realizarse en todo momento por profesionales, ya que requiere de anestesia local o, en algunos casos, general. La duración de la cirugía varía según la zona a tratar desde media hora hasta una hora y media, y en ocasiones se requiere más de una intervención.

Tras la intervención, el rostro suele quedar irritado, inflamado y enrojecido durante unos días y se recomienda extremar las precauciones durante unos meses evitando la exposición al sol y utilizando cremas hipoalergénicas. Es muy importante seguir las pautas indicadas por el cirujano para la posterior recuperación.

Microdermoabrasión, otra opción

La microdermoabrasión es un procedimiento derivado de la dermoabrasión pero mucho más suave. No requiere intervención quirúrgica, es indolora y su objetivo es igualmente regenerar la piel y corregir manchas, arrugas, líneas de expresión, cicatrices y estrías.

Consiste en un peeling o exfoliación a base elementos abrasivos, utilizando también puntas de diamantes o microcristales de aluminio con los que se remueve la piel en sus capas más externas.

Como en el caso de la dermoabrasión, la piel podrá enrojecerse e hincharse, pero durará unos pocos días hasta que las células empiecen a regenerarse. Al ser una técnica más suave, es posible que la microdermoabrasión no sea suficiente para arrugas profundas o manchas y cicatrices importantes, pero será el médico el que aconseje el tratamiento a seguir.

Riesgos de la dermoabrasión y la microdermoabrasión

La promesa de un rostro rejuvenecido, una piel lisa y elástica sin manchas, ni arrugas, ni cicatrices no puede estar exenta de riesgos. Si bien la eficacia de estos procedimientos parece asegurada por los profesionales, y siempre dependiendo del problema a tratar, hay que tener en cuenta que, en el caso de la dermoabrasión, hay que pasar por una anestesia, con los riesgos que eso conlleva.

Respecto a la microdermoabrasión, aún siendo más superficial, también conlleva una serie de riesgos, por lo que no es aconsejable hacérselo una misma en casa. Existen en el mercado diferentes ofertas de microdermoabrasión casera que ofrecen seguridad y eficacia, pero ante un eventual problema no tendríamos a quien acudir.

Por lo tanto, los riesgos pueden ir desde infecciones, reacciones a los medicamentos y sangrado, hasta cambios importantes en la coloración de la piel. Así que para mayor seguridad y evitar que salgamos del tratamiento con una piel en peores condiciones o incluso algún que otro desastre, es conveniente acudir a un reconocido profesional, que nos informe de todo el proceso, riesgos y garantías.

No te dejes llevar por espectaculares ofertas porque tu salud está en juego. Los precios varían muchísimo de una clínica a otra, lo mejor es visitar muchas y decidirte por la que mejor te informe, más profesionalidad te transmita y te ofrezca realidades y no magia.

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