Mala alimentación en las personas mayores

Laura Sánchez, Filóloga

Apostando siempre por unos hábitos de vida saludables en el que el pilar fundamental sea una alimentación sana y equilibrada, y buscando los medios para reducir todos esos trastornos alimentarios que afectan a una gran parte de la población, a menudo nos olvidamos de un grupo que está en una situación de malnutrición con los riesgos para la salud que eso implica. Estamos hablando de las personas mayores, ancianos que por diversos factores no pueden acceder a una alimentación equilibrada y que en muchos casos les supone la muerte.

Malnutrición en los mayores

Cada vez se observan más casos de ancianos que llegan a los servicios de urgencias en un estado de desnutrición y deshidratación importante. Esto hace mucho más difícil su recuperación, además de provocar un sinfín de enfermedades de todo tipo, desde problemas digestivos, enfermedades pulmonares, debilitamiento muscular, problemas de corazón, anemia, hasta llegar en muchos casos a la depresión. Los riesgos de la malnutrición en ancianos son más que evidentes dado el especial estado de salud que produce el envejecimiento.

Los motivos de la mala alimentación en las personas mayores son variados. Puede deberse a causas físicas, como la dificultad para masticar que hace que elijan alimentos fáciles de comer pero con escasos nutrientes o el cansancio que les impide cocinar, o la dificultad que entraña para un anciano la visita al supermercado para proveerse de los alimentos adecuados. Otras veces la mala alimentación se debe a una delicada situación económica y otras al deterioro mental que les impide ser conscientes de sus necesidades.

Evidentemente los ancianos que más riesgo tienen de padecer malnutrición son aquellos que viven solos y no cuentan con la ayuda familiar o social suficiente como para supervisarles su alimentación o conseguirles los alimentos que necesitan. En estos casos, los médicos de atención primaria, son los únicos que pueden prevenir este problema con controles regulares de peso y llamando a los servicios sociales, en caso de que el anciano necesite ayuda.

Cómo evitar la malnutrición en ancianos

Pero las personas mayores que viven solas no son las únicas que presentan malnutrición, y es que al llegar a la vejez se produce también una pérdida de apetito motivada tanto por un estado anímico bajo como por las dificultades que entraña la edad para masticar y digerir los alimentos. De esta manera, es muy frecuente que los ancianos vayan reduciendo los alimentos que pueden comer, impidiendo así que el organismo reciba todos los nutrientes que necesita.

Por eso es muy importante el apoyo familiar al anciano, supervisando lo que come y facilitándole el acceso y la ingesta de los alimentos. Si la persona mayor no puede masticar bien debido a determinados problemas bucales, es mejor prepararle purés de verduras sanos antes que dejar que cene simplemente un vaso de leche.Hay que recordar la importancia de una buena alimentación, especialmente en las personas mayores, ya que dadas sus especiales características físicas, un estado de malnutrición puede suponer la diferencia entre la recuperación de una enfermedad o el agravamiento de su estado de salud y, por lo tanto, de su calidad de vida.

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