Crisis de pareja tras la llegada del bebé: cómo evitarla

Saúl C. Montaño Quintanilla

Por más que la pareja lleve preparando la llegada de un bebé al menos durante nueve meses, es un hecho que supone una ruptura total de la anterior rutina de pareja. La ilusión con que se espera este cambio nada tiene que ver con la realidad a la que hay que hacer frente en el hogar. Noches sin dormir, llantos, pañales y mucha incertidumbre sobre lo que hay que hacer. El bebé recién llegado requiere atención constante y es la prioridad. Se impone ser madre y padre ante todo, algo que puede llegar a diluir la pareja.

Crisis de pareja

La llegada del bebé a casa supone un cambio en la vida de la pareja. Es normal que durante las primeras semanas os olvidéis de interactuar como una pareja porque vuestra función de padres es lo primero que hay que asumir. Hay un nuevo miembro de la familia que os necesita al 100% las 24 horas del día.

Las primeras semanas todo lo que ocurre a vuestro alrededor es novedoso, vuestra principal inquietud es saber si lo estáis haciendo bien, si vuestro bebé recibe los cuidados necesarios y es normal que ocupe toda vuestra atención. A esa inquietud se añade el cansancio provocado por las noches sin dormir y los cambios hormonales de la madre tras el parto.

Ese esfuerzo por convertiros en las mejores madres y los mejores padres hay que hacerlo, pero hay que hacer otro esfuerzo más, que ese nuevo rol que estáis adquiriendo no os separe como pareja.

Cómo evitar la crisis de pareja

El distanciamiento de la pareja con la llegada de un bebé a casa se puede producir en dos sentidos: a veces el padre se siente desplazado ante el estrecho lazo que surge entre madre e hijo y percibe que ya no recibe la atención de su pareja. Otras veces son ambos miembros de la pareja los que olvidan sus funciones para dedicar toda la atención al bebé.

La clave para que este distanciamiento de la pareja no se haga cada vez más grande y termine en una ruptura es asumir, que el caos provocado con la llegada del bebé a casa no debe durar más de unas semanas. Forma parte de vuestras responsabilidades reestablecer unas rutinas en el hogar, aunque obviamente no van a ser las mismas de antes. Pero tendréis que buscar la forma de dotar vuestro día a día de una nueva normalidad en la que haya horario para ejercer todos los roles, los de padres y los de pareja. Para ello es absolutamente necesaria la comunicación y el diálogo. Reflexionar en común sobre lo que está pasando y buscar entre los dos la mejor manera de conseguir una normalidad familiar. Probablemente las inquietudes de la madre no sean las mismas que las del padre, así que conviene poner en común las preocupaciones de ambos.

Es lógico que por mucho que os hayan advertido, por mucho que os hayáis informado sobre la llegada de un hijo, la realidad supere cualquier expectativa. Las primeras semanas, la responsabilidad os desbordará, pero trabajando como un equipo conseguiréis superar el periodo de adaptación. Y durante ese tiempo hay que procurar no olvidarse de las muestras de cariño hacia tu pareja.

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