Huertos compartidos: cultiva gratis y ahorra en comida

Leiore Garaio

Vivir en un piso ya no es una excusa para no cultivar tus propias verduras y hortalizas. Desde 2010 el proyecto no-lucrativo 'Huertos Compartidos' permite a hortelanos aficionados que viven en la ciudad disponer de un terreno para tener su propia huerta, y a los propietarios sacarle rendimiento a terrenos que no pueden atender.

Cómo nace 'Huertos Compartidos'

La iniciativa de 'Huertos Compartidos' nació en 2010 después de que su impulsor leyera acerca de los buenos resultados que ideas parecidas estaban teniendo en América e Inglaterra. 'We Patch' y 'Shared Earth' en EEUU y Landshare, ideada por los creadores de un programa de televisión británica, son webs que ponen en contacto a dueños de tierras sin cultivar con personas a las que les gusta trabajar la tierra, pero que no poseen ningún terreno.

Por lo general, el fruto conseguido es para consumo propio y se reparte al 50% entre dueño y trabajador, aunque hay quien lo dona o aprovecha para venderlo, aunque éste no es el objetivo principal.

Los impulsores de todas estas iniciativas buscaban proyectos respetuosos con el medio ambiente y que tuvieran efectos positivos sobre las personas y la economía. En este momento miles de terrenos que estarían sin explotar son atendidos -reduciendo el CO2 y creando biodiversidad-, y quienes los trabajan obtienen productos de mejor calidad que los de las tiendas, además de que así muchos urbanitas pueden dedicarse a su afición favorita. Además, en estos años de crisis, hay muchos que han elegido esta opción para reducir el gasto familiar en alimentación.

Cómo funciona 'Huertos Compartidos'

'Huertos Compartidos' está vinculado a la ONG Reforesta y es una iniciativa no lucrativa. Su objetivo es poner en contacto a quienes quieren dedicar sus horas de ocio a cultivar y a quienes tienen un terreno para que lo hagan, en toda España.

La manera de participar es fácil: basta con registrarse en la web huertoscompartidos.es, tanto propietario como aficionado, y a partir de ahí esperar a que alguien de la zona ofrezca o demande un terreno.

La web tiene algunas condiciones para garantizar su correcto funcionamiento:

- Para inscribirse hay que pagar una cuota simbólica de 2 euros. De esta manera se quiere evitar que se apunten curiosos sin interés real en la iniciativa.

- La agricultura debe ser ecológica y para el consumo propio.

- El terreno se cede gratuitamente. Hay que compartir la cosecha al 50%.

Además Huertos Compartidos ha montado su propia red social para el intercambio de experiencias y organiza cursos para que la falta de conocimientos no sea un freno para los aficionados a la huerta.

Otras formas de tener un huerto en la ciudad

Existen en España otras maneras de tener acceso a fruta y verdura plantada por ti misma. Una de ellas son los huertos de alquiler. En este caso, grandes terrenos se convierten en parcelas más pequeñas, en zonas cerca de las ciudades, y se pueden atender en los ratos libres.

Otra alternativa son los huertos urbanos y los minihuertos, que puedes trabajar en tu casa si tienes una terraza o un balcón. Con mesas de cultivo y algo de formación podrás tener lechugas, patatas, rábanos, tomates o lo que te propongas.

Y por último, si no hay un huerto compartido ni de alquiler cerca de tu casa ni tienes terraza, no desesperes: aún puedes tener tu propia cosecha. Con los huertos verticales puedes aprovechar un balcón pequeño o una pared de casa que sea soleada para cultivar pequeñas frutas y verduras.

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