Madura con experiencia: las ventajas de ser una mujer adulta

Laura Sánchez, Filóloga

Dicen que el paso del tiempo hace estragos; será en la piel, porque es inevitable que los años se acumulen en forma de arrugas y, tal vez, de algunos kilos de más. Pero lo que es en la vida, el paso del tiempo lo único que hace es que nos afiancemos en nuestra personalidad llegando a estar más cerca de la felicidad gracias a la seguridad que vamos ganando con la experiencia.

Las edades de la mujer

Por suerte, los tiempos cambian y si antes la vida activa de una mujer terminaba en el momento en que acababan sus posibilidades de ser madre, ahora podemos disfrutar plenamente en todas las etapas de la vida. Frente a la idolatrada juventud, se impone cada vez con más fuerza la madurez presentándonos a mujeres seguras de sí mismas, activas y atractivas a cualquier edad.

Poco a poco la sociedad ha ido ampliando la fecha de esa llamada "edad ideal" de la mujer. La treintena tiene sus adeptas, aunque cada vez se asocia más a la juventud, algo impensable en tiempos de nuestras abuelas. Pero es que ahora es a partir de los 30 años cuando una mujer empieza a realizarse como profesional y a nivel personal, aunque todavía está acomodándose a sus responsabilidades.

Los 40 se alzan como líderes indiscutibles de esa etapa perfecta de la vida de cualquier mujer. Conservando aún todo el atractivo femenino, la mujer de 40 ya se conoce bien a sí misma y sabe lo que necesita para ser feliz. Es el momento de ir a por todas, revisar los errores y poner soluciones para conseguir lo que quiere. Con todos los recursos económicos y emocionales necesarios, la vida se presenta como algo intenso que hay que disfrutar.

Por su parte, los 50 han dejado de ser esa edad crucial que suponía para muchas mujeres su propio abandono físico y emocional, como si de alguna forma dejaran de ser importantes. Cada vez vemos más mujeres maduras que despiertan en los hombres más interés que una joven de 25 años, por no hablar de su competencia profesional y el rol destacado que ejercen en la familia.

Las ventajas de la madurez

Según van aumentando los años, van aumentando las ventajas. La inseguridad desaparece con la experiencia si se mantiene una actitud positiva y no se pierden las ganas de aprender. La mujer madura disfruta más de sí misma y de sus relaciones sociales, porque sabe cómo es ella y sabe lo que le gusta. Ha aprendido a aceptarse a sí misma y ese es, sin duda, uno de los secretos del equilibrio emocional.

Ahora que sabe lo que quiere, y con todo lo vivido a sus espaldas, poco puede perder por lanzarse a vivir de la forma que desea, alejarse de la gente que le perjudica y realizar cualquier actividad que la haga feliz. Al fin y al cabo, no son edades para rendir cuentas a nadie. Y es que está claro que la mejor edad de una mujer es la que tiene en este momento, pero para eso hay que aprender a vivir el presente.

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