El dolor físico, un síntoma frecuente en la depresión

El diagnóstico y la adherencia al tratamiento son muy importantes

Josune de la Riva
 El dolor fisico, un sintoma en la depresion

La depresión es una enfermedad que afecta a 340 millones de personas en el mundo y aproximadamente a 4 millones en España. Durante la edad media de la vida, la prevalencia es dos veces superior en la mujer que en el hombre, aunque estos datos se igualan con la edad.

Los expertos señalan la importancia del diagnóstico, ya que presenta diversos síntomas que lo dificultan, y la adherencia al tratamiento como dos de los retos fundamentales para abordar el problema de la depresión, uno de los que conlleva mayor carga social según la OMS.

La importancia de la adherencia al tratamiento

Uno de los principales retos para abordar el problema de la depresión es lograr el adecuado cumplimiento terapéutico prescrito por los médicos. Datos españoles señalan que más de un 50% de los pacientes no toman de forma adecuada el tratamiento que se les ha prescrito.

Esto tiene un impacto para la enfermedad, aumentando el riesgo de recaídas y contribuyendo a su cronificación. En el caso de los pacientes españoles, normalmente siguen el tratamiento durante una media de 4 meses, cuando las guías clínicas recomiendan que el tratamiento se mantenga como mínimo entre 6 y 9 meses.

"A las 2-4 semanas del inicio del tratamiento, el paciente va a notar una mejoría subjetiva importante," señala el Dr. Javier Quintero, miembro de la Sociedad de Psiquiatría de la Comunidad de Madrid. "Pero no es suficiente. Sabemos que el paciente debe perseverar en el tratamiento. Debe seguir las indicaciones que su médico le haga sobre la duración del mismo, a pesar de la mejoría inicial".

El dolor como síntoma de la depresión

El 59% de los pacientes con ansiedad generalizada refieren dolor y esta cifra se eleva hasta el 78% en pacientes que presentan ansiedad y depresión. Sin embargo, en muchos casos los síntomas dolorosos que padecen este tipo de pacientes no se asocian con dichas enfermedades (ansiedad y depresión). Así lo revela un estudio nacional (Estudio Gaudí) que recientemente se ha publicado en la revista 'Journal of Affective Disorders1'. A pesar de que el 90% de estos pacientes habían acudido a su médico de atención primaria, al menos una vez en los últimos tres meses, en el 69% de los casos su doctor no asoció este dolor con la ansiedad y la depresión.

El estudio, primero de estas características que se realiza en España y en el que han participado más de 80 médicos de atención primaria, analizó un total de 7.152 pacientes que acuden a atención primaria por cualquier motivo, de los cuales más del 13% (981) presentaba ansiedad generalizada, lo que confirma a este trastorno como la segunda enfermedad mental más frecuente en atención primaria. Asimismo, más de la mitad de estos pacientes (559) presentaba un trastorno depresivo mayor junto con el trastorno de ansiedad.

Por otro lado, los síntomas dolorosos asociados a la ansiedad y la depresión impactan negativamente en la calidad de vida y en la funcionalidad del paciente. Un dato revelador en este sentido, que también se recoge en la investigación, es que los síntomas dolorosos de estas patologías se asocian a una reducción en la productividad laboral de los pacientes en 3,9 días por semana.

Respecto a la carga social de la depresión, los especialistas señalan también la importancia de alcanzar la remisión completa del paciente que ha sufrido un trastorno depresivo mayor para mejorar, no sólo los síntomas depresivos, sino también los niveles funcionales de los pacientes. Un estudio realizado en España muestra cómo los pacientes con trastorno depresivo mayor en remisión completa tuvieron tres veces menos días de baja laboral que los que se encontraban en remisión parcial (20,1 vs. 62,8 días). Asimismo, el coste indirecto por paciente en remisión completa también se mostró tres veces menor que el de los pacientes en remisión parcial, a lo largo de 6 meses (1.062 € por 3.331 €).

La crisis como detonante de la depresión

"La aparición de un episodio depresivo es el resultado de dos factores: la vulnerabilidad que tiene cada persona, el riesgo personal, eso es algo con lo que se nace, y los acontecimientos vitales que cada persona va teniendo a lo largo de su vida, y va sufriendo y superando" señala el Dr. Agüera, Psiquiatra del Hospital Universitario Doce de Octubre y profesor de Psiquiatría de la Universidad Complutense de Madrid.

Así, las personas que tienen una gran vulnerabilidad, personal, familiar, necesitan pocos acontecimientos para desarrollar un episodio depresivo, y aquellos que tienen una mayor fortaleza genética y resistencia a la depresión pueden desarrollar un episodio con acontecimiento vital más grave. "Está claro que para las personas más vulnerables un ambiente de crisis económica, de despidos, de dificultades puede provocar que tenga un episodio cuando, si no hubiera sucedido, esa persona igual hubiera pasado el resto de su vida sin desarrollarlo. Como consecuencia hay un aumento de consultas por episodios depresivos porque el actual ambiente de crisis afecta, sobre todo, a las personas más vulnerables".

En este sentido el Dr. Agüera señala el impacto de la depresión en la vida diaria y la importancia de acudir al especialista y pedir ayuda. "La depresión es una enfermedad que afecta globalmente a la persona, no tiene solamente un síntoma como puede ser tristeza, decaimiento o idea de muerte. La depresión afecta a la funcionalidad de esa persona y a su capacidad de funcionamiento diario. Por lo tanto afecta al trabajo, a la familia, a las relaciones, y a la capacidad de divertirse y de disfrutar de la vida. El tratamiento antidepresivo restaura la funcionalidad de esas personas devolviéndolas a su nivel de funcionamiento anterior, es decir, a un nivel normal".

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