Cómo el estrés rompe el equilibrio de la mujer

Saúl C. Montaño Quintanilla
Sufrimos cada día y lo sabemos: el estrés, ya sea físico o psíquico, es parte de nuestras vidas. Algunas de nosotras pueden adaptarse mejor, otras no. Cuando el estrés se vuelve abrumador, hunde la calidad de la vida que tanto nos costó ganar.

Un día frío puede causar estrés físico, y el cuerpo, en respuesta, altera la circulación, la respiración y la frecuencia cardíaca para adaptarse a esa nueva situación. Similar reacción ocurre si entramos en contacto con virus, bacterias, o aire contaminado. El organismo se resiste al cambio y trata de mantener su condición anterior.
el estrés rompe el equilibrio de la mujer

Las cargas excesivas de trabajo, los horarios, la acumulación de tareas… ejercen similar presión sobre la psiquis humana y generan estrés, que bien administrado es una fuerza que impulsa a las personas a cambiar, crecer, luchar, adaptarse o ceder. No todo el estrés es nocivo entonces, lo importante es asumirlo como una fuente de energía externa que nos ayuda a asumir los desafíos que la vida nos impone ya sean desde el punto de vista familiar, laboral o intelectual.

Es cierto que la vida moderna, como mismo ha disminuido las cargas físicas en algunos tipos de trabajo, ha multiplicado las cargas psíquicas en otros, y ha hecho del estrés un mal frecuente, pero muchos de los que sucumben a él tuvieron ante sí la otra opción.

Quizás no sepas explicar la causa de su desasosiego en la sala de espera antes de su primera entrevista con el nuevo jefe, a las puertas de una consulta médica o ante la cátedra del profesor de su hijo. En situaciones estresantes como esas, se activa la función de huir o luchar. Bioquímicamente hablando, las glándulas suprarrenales segregan adrenalina, la hormona del estrés, que viaja por el cuerpo elevando la presión sanguínea, acelerando el ritmo cardio respiratorio y poniendo el organismo en alerta. Aumenta el azúcar en la sangre y los tejidos "queman" mayores cantidades de tejido adiposo en aras de incrementar la energía disponible en los músculos. La respuesta ante el estrés es un estado tenso, excitado, que prepara a la persona para enfrentar el riesgo y los peligros. Terminada la situación estresante, el cuerpo se relaja y todo vuelve a la normalidad.

Buena alimentación contra el estrés


Cierta cantidad de estrés puede ser provechoso para activar funciones orgánicas. Pero para librar la batalla que el estrés desencadena a nivel celular es necesario estar preparada mentalmente y bien alimentada. Para tener una buena disposición del organismo, no solo mental, sino también nutricional, hay que comer bien. Una mala nutrición puede trastornar el equilibrio general del organismo y volverlo más susceptible a las enfermedades, que a su vez aumentan la demandas de nutrientes y afecta a capacidad de respuesta del organismo a los cambios provocados por situaciones de estrés. Para mantener el cuerpo y la mente sanos, pasa primero por la de un cuerpo y una mente bien alimentados.

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