Vive y deja vivir

Laura Sánchez, Filóloga

Cada 16 de noviembre se celebra el Día Internacional para la Tolerancia con el objetivo de promover entre la población uno de los valores fundamentales para lograr que se respeten los derechos humanos y las libertades individuales.

Y es que la tolerancia no es más que la aceptación del otro, de otras culturas, de otras etnias, de otras religiones, de otras ideologías...Parece algo sencillo, porque la mayoría de nosotras nos reconocemos como personas tolerantes, y sin embargo a diario vemos toda la violencia que genera la intolerancia, tanto a nivel global, como personal.

Tolerancia en todos los ámbitos

La tolerancia es el respeto a los derechos, el reconocimiento de la diversidad y la aceptación de lo diferente. Estas tres premisas se pueden aplicar tanto al entorno global como al individual. Porque la falta de tolerancia provoca guerras, genocidios y discriminación, pero la falta de tolerancia en un ámbito privado e individual también genera ese tipo de violencia, aunque se reduzca al ámbito doméstico o laboral.

La tolerancia se trata, en todo caso, de un valor que hay que preservar y potenciar, ya que en este mundo global donde las diferentes culturas han de convivir debido a los movimientos de población, la intolerancia es la causante de muchos de los conflictos sociales que se generan en nuestras ciudades día a día. La discriminación es la primera consecuencia de una falta de tolerancia, ya sea discriminación por género, por identidad sexual, por raza, por creencias religiosas o por ideología política.

Algunas de las actitudes que evidencian una total falta de tolerancia y suponen un peligro para los derechos y las libertades de las personas son el racismo, el etnocentrismo, el fundamentalismo religioso y también el machismo. Todas ellas son causas generadoras de violencia y, si hay algo en lo que no cabe la tolerancia, es en la utilización de la violencia.

Combatir la intolerancia

Se hace necesario combatir la intolerancia con todos los recursos posibles, si queremos vivir algún día en un mundo donde todos gocen de la misma libertad y de los mismos derechos. A nivel estatal, los diferentes gobiernos son responsables de fomentar la tolerancia y crear leyes que protejan los derechos de todos los ciudadanos, así como castigar la violencia.

Pero las leyes no son suficientes porque la intolerancia y la violencia son el resultado de la ignorancia y el miedo a lo desconocido, por eso es fundamental una educación en la que se inculquen valores como el respeto y la aceptación de la pluralidad. Pero para conseguir una educación de calidad y formar en el respeto a los derechos a niños y mayores es necesario un mejor acceso a la información.

Por otra parte, la inculcación de la tolerancia en la conciencia colectiva empieza por uno mismo. Nosotras también somos responsables en muchas ocasiones de actos de discriminación al aceptarlos y guardar silencio. Hacer nuestro el lema de "vive y deja vivir" es uno de los puntos a trabajar a nivel personal, pero también hay que tomar parte activa en la difusión de la tolerancia en nuestra sociedad.

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