Ayuda a asmáticas: todo lo que necesitas saber sobre el asma

Síntomas y tratamiento específico

Leiore Garaio

El primer martes de mayo de cada año se celebra el Día Mundial del Asma (DMA), impulsado por GINA (The Global Initiative for Asthma) y con  el apoyo de la Organización Mundial de la Salud OMS.

El objetivo de esta iniciativa, que se viene celebrando desde hace varios años, es mejorar el nivel de vida de los enfermos de asma  y colaborar con la comunidad médica para reducir el impacto de la dolencia. Actualmente el asma es la causa de más de 100.000 muertes al año en todo el mundo.

El lema de este año es "Puedes controlar tu asma" con la intención de que los pacientes tomen las riendas y controlen su enfermedad de manera activa y consciente para lograr una mayor calidad de vida.

¿Qué es el asma?

El asma es una enfermedad que provoca el mal funcionamiento del sistema respiratorio. Las paredes internas de las vías respiratorias de un asmático se inflaman e impiden que el aire llegue a sus pulmones con normalidad. Una crisis de asma puede ser desde muy leve, provocando algunas molestias, hasta muy severa, impidiendo la respiración de tal manera que puede provocar la muerte por falta de oxígeno en los órganos. Igualmente puede ser de corta duración o  prolongarse durante días.

El asma es una enfermedad que afecta a todos los países del mundo, aunque con diferente intensidad.  Es más frecuente en la población infantil y el número de pacientes asmáticos crece cada año debido al aumento de la contaminación ambiental.

Causas del asma

La causa del asma más habitual y conocida es la alergia y se suele manifestar en la infancia. En estos casos también suele haber antecedentes de alergias en la familia. Agentes como polen, animales o la presencia de ácaros provocan las crisis de asma.

En adultos, el inicio del asma puede venir provocado por estrés, infecciones o incluso trastornos psíquicos.

Síntomas del asma

Los síntomas del asma más evidentes son la dificultad para respirar, falta de aire, mocos, tos muy persistente sin motivo aparente (causada por espasmos bronquiales) y silbidos en el pecho al respirar. Menos evidente es  la rigidez torácica.

Una crisis asmática puede venir provocada por una exposición a un alérgeno (por ejemplo, ácaros), por un esfuerzo físico prolongado, por un entorno frío y húmedo, el estrés emocional o cualquier enfermedad común de las vías respiratorias en el caso de los niños.

La gravedad de los síntomas del asma puede oscilar desde leve hasta mortal pero suelen responder bien al tratamiento con fármacos para asmáticos.

Tratamiento del asma

El asma se puede tratar y controlar, quedando en una enfermedad crónica. Hay dos tipos de medicamentos empleados: los que proporcionan un alivio inmediato según se detectan los primeros síntomas y otros más a largo plazo, que se toman de manera habitual, que pretenden reducir e incluso eliminar las crisis de asma a medio o largo plazo.

El tratamiento farmacológico debe ir acompañado de una actitud responsable y proactiva del enfermo de asma. Conocer los factores que provocan las crisis de asma para evitarlos (polvo, polen, animales domésticos), hacer esfuerzos adaptados a sus condiciones físicas, comer sano, no fumar, hacer un uso racional de los medicamentos y acudir al médico de manera periódica ayudan a controlar el asma y a que no frene la actividad diaria normal.

Vivir con asma

A pesar de que la calidad de vida de un asmático podría verse muy perjudicada, lo cierto es que si se siguen los consejos del médico y la combinación de medicamentos es acertada, el asma no impide llevar una vida absolutamente normal. Sólo en los casos más graves el asma puede derivar en problemas tales como un enfisema, bronquitis crónica o incluso insuficiencia cardíaca.

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