Estoy en paro y me siento culpable: cómo superarlo

Maite Nicuesa

De una forma equivocada, en ocasiones aquellas mujeres que hacen frente a un período de desempleo se culpan a sí mismas por esta situación. El malestar se agrava en el caso de las paradas de larga duración. En esos casos, se une la incertidumbre económica, la inseguridad ante el futuro y también, el aislamiento social.

El ritmo de vida de una persona cambia en función de si tiene trabajo o no lo tiene. Por ello, uno de los mayores peligros es que quien está en desempleo también pierde el nexo de unión con sus amigos y con el entorno más cercano. Esta distancia a veces también se asume de una forma voluntaria como una defensa personal ante cierto tipo de preguntas que resultan repetitivas: "¿Has encontrado trabajo?" A nadie le gusta que le recuerden constantement, que su situación no es la más positiva.

El desempleo prolongado causa también problemas de autoestima y sentimientos de inferioridad. El trabajo aporta sensación de pertenencia, una necesidad vital para cualquier persona. Es decir, todo ser humano disfruta cuando se siente parte de un grupo. En este sentido, los parados también se sienten en ocasiones un número más en una lista interminable de personas que forman parte de las estadísticas más negativas de la crisis económica.

Consejos para levantar el ánimo cuando se está en paro

1.    En primer lugar, deja de identificar tu situación laboral con tu valía personal. Por otra parte, no te tomes la falta de trabajo como algo personal. Echa un vistazo a tu alrededor y verás que hay muchas personas que están sufriendo por el mismo tema.

2.    Existen entidades excelentes, como el Teléfono de la Esperanza, que imparten cursos sobre temas emocionales. Se trata de un entorno gratificante en el que puedes conocerte mejor a ti misma y también hacer nuevas amistades.

3.    Tu tiempo de ocio cambia, pero evita rechazar todos los planes que te proponen. Siempre puedes adaptarte. Por ejemplo, puedes renunciar a ir al cine para no gastar más de la cuenta, pero en ese caso, puedes invitar a tus amigos a ver una película en casa. O simplemente, puedes quedar a tomar un café.

4.    Ten tu tiempo ocupado para pensar lo menos posible en aquello que te preocupa: ten una búsqueda activa de empleo, realiza cursos, participa en charlas, congresos y seminarios...

5.    Vive el día a día y no pienses en qué pasará dentro de tres meses. Este tipo de pensamientos aumentan la angustia desde la incertidumbre del presente.

6.    Pide ayuda en caso de que la necesites. La familia se ha convertido en una red de apoyo excelente en medio de las situaciones amargas que causa la crisis.

7.    No olvides que incluso de las situaciones de fracaso es posible extraer una lección de vida. Por ejemplo, el desempleo muestra que hay que perseverar, tener paciencia y dar tiempo al tiempo para lograr los objetivos. Pero también, que la vida de un ser humano es mucho más que un trabajo.

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