Contraofertas de trabajo: cómo jugar tus cartas en la negociación

Enara Rey Parra

Tener una oferta laboral cuando ya estás trabajando puede ser una buena noticia o la causa de un conflicto. Para saber cómo debemos actuar en estos casos es fundamental saber con seguridad qué queremos. Así que coge papel y bolígrafo, y escribe los pros y los contras de cada uno de los puestos de trabajo.

Si nuestra decisión es aceptar la propuesta del nuevo trabajo, deberemos comunicarlo en nuestro actual puesto laboral. Llegados a este punto, en ocasiones, la empresa realiza una contraoferta para retener al trabajador pero debemos saber que es más que peligroso para ambas partes aceptar esta mejora de condiciones.

Consecuencias de aceptar una contraoferta laboral

Por un lado, para la empresa, la imagen del trabajador ha cambiado aunque decida finalmente quedarse. Su implicación con su puesto de trabajo estará ya en entredicho para siempre y son muchas las empresas, que en represalia, comienzan a buscar candidatos alternativos para su puesto.

Por otro lado, cuando el trabajador acepta una mejoría –ya sea económica o no- se crea una especie de recelo por parte de los compañeros y un posible efecto llamada. En cierto modo, la escala retributiva queda distorsionada y puede ocasionar una cultura mercenaria en la empresa.

No siempre aceptar una contraoferta tiene tantas consecuencias negativas, en ocasiones es el empujón perfecto para que los directivos ofrezcan por fin al trabajador ese ascenso profesional tan merecido. Pero incluso en este caso, cuando alguien ha contemplado la opción de cambiar de trabajo, ya no hay marcha atrás. La mancha en cuanto a implicación con la empresa es imborrable.

Así que piensa muy bien qué es lo que quieres conseguir y juega bien tus cartas para lograrlo.

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