Vacaciones... ¿descanso o liberación?

Josune de la Riva
 Vacaciones, descanso o liberacion
Llegan los días de buen tiempo, las jornadas intensivas, los planes de playa, piscina, familia y finalmente para muchos, es el momento para descansar y olvidar por unos días a los compañeros y a los jefes. Eso sí, existen ciertos riesgos cuando los empleados desean las vacaciones para librarse del estrés y de la insatisfacción acumulada.

Entender las vacaciones como una huída ya es un problema en sí mismo. Significa que no disfrutamos de un ambiente de trabajo agradable y que nuestra empresa no contempla los programas de incentivos durante el año ni nos ofrece "salario emocional" (flexibilidad horaria, recompensa no económica al esfuerzo) .

En suma, percibimos el trabajo como una actividad en la que no nos sentimos valorados y de la que deseamos salir. No nos sentimos parte de la empresa y ésta debe ser capaz de implementar programas de motivación que, durante todo el año, saquen el máximo partido de los empleados, reconozcan sus méritos y contribuyan a crear un ambiente de trabajo positivo en el que las vacaciones no sean una huída, sino un descanso.

Sonsoles Martín, directora de formación de Grass Roots, explica cómo motivar a las diferentes generaciones que conviven en un mismo espacio laboral. Identificar el salario emocional de cada grupo de trabajadores es una de las formas más eficaces de conseguir que el ambiente de trabajo sea agradable y satisfactorio todo el año. Así las vacaciones serán un parentésis de descanso positivo y no la única forma de "soportar" el resto del año.

Grupos de trabajadores


Empleados tradicionales: son aquellos que tienen más de 58 años. Actualmente ocupan un 5% de la plantilla. Para este tipo de empleados, en peligro de extinción, el tener un empleo es un privilegio y son los más conservadores.

"Para estos empleados cuya educación está enfocada al sacrificio, los incentivos deben ser tangibles y centrados en el reconocimiento del objetivo cumplido," explica Sonsoles Martín.

Baby boomers: para los empleados maduros, de 44 a 58 años, el trabajo es una aventura estimulante. Para ellos, la motivación es importante y confían en alcanzar metas altas que ensalcen su posición en la empresa. Ocupan un 37% de la plantilla y conviven con la generación X.

"La generación del baby boom lucha por grandes logros y por conseguir metas a largo plazo. Para motivarles, hay que plantearles proyectos ambiciosos enfocados a reconocer su fidelidad y que aumenten la vinculación sentimental empleado-empresa".

Generación X: actualmente el 40% de la plantilla. Son los empleados de 25 a 43 años, muy bien formados y con una gran base ética. El trabajo es un reto para ellos, sin embargo, confían en la responsabilidad de los demás y en el trabajo en equipo responsable.

"El salario emocional comienza a ser un pilar fundamental para las generaciones X e Y. La generación X apuesta por los retos pero la fidelidad a la empresa deja de ser lo más importante. Un horario flexible y un reconocimiento de los objetivos cumplidos es la mejor forma de reconocer su dedicación y compromiso a la empresa".

Generación Y: son el 18% de la empresa y tienen entre 18 y 24 años. Son trabajadores que se sienten más cómodos con el trabajo individual y buscan aportaciones de la empresa hacia su persona.

"Una generación nueva que entiende el trabajo, no como un fin en sí mismo, sino como algo que enriquece su experiencia personal. El fin ético y los valores de la empresa son lo más importante para la generación Y. Las acciones de responsabilidad social que van más allá del mero trabajo diario y los principios éticos de la compañía son altamente valorados por esta generación ".

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