¿Cómo sé si mi hijo sufre acoso escolar?

Consejos para hacer frente al bullying

Rosa Ruiz
¿Has notado cambios en el estado de ánimo de tu hijo? ¿Llora más a menudo o está más irascible? ¿Se niega a ir a clase o quiere cambiar de colegio? ¿Finge tener algún malestar o enfermedad, sobre todo por las mañanas? ¿Tiene pocos o ningún amigo? ¿Últimamente está nervioso, o distraído, algo más triste? ¿Ha bajado en el rendimiento escolar? ¿Llega a casa con la ropa estropeada o le falta material en la mochila?

Acoso escolar o bullying
Si en el caso de tu hijo se dan varias de estas situaciones u otras similares, estos síntomas podrían indicar que el niño/a está viviendo una situación de acoso o maltrato en el ámbito escolar, también llamado bullying (del inglés "bully", que significa matón, agresor). Pero no hay por qué hacer saltar todas las alarmas. Lo esencial es charlar con él e indagar sutilmente acerca de lo que le está ocurriendo, pues estas conductas no siempre se deben a situaciones de maltrato; el cambio a la adolescencia también puede darse con estos indicios, pues forman parte de su proceso evolutivo. O puede que sea un hecho aislado que fácilmente pueda solucionarse. Tampoco hay que confundirlo con altibajos en las relaciones entre compañeros, que producen conflictos y malas relaciones entre ellos de forma ocasional, sobre todo en la pre-adolescencia. Lo importante es conocer de dónde vienen los síntomas y cuál es su alcance.

Uno de cada cuatro niños envuelto en algún maltrato


Uno de cada cuatro niños en España se ha visto envuelto en algún tipo de maltrato. Pequeños gestos sutiles muchas veces casi inapreciables, insultos, burlas, empujones, motes, collejas, palizas, amenazas... que pudieran parecer inocentes, pero que son en exceso dañinos, pues minan su autoestima y acaban con su alegría inocente, llegando a destrozar, en los casos más graves, el equilibrio emocional si no se llega a tiempo. El bullying se puede dar de forma verbal, física, psicológica o social, a veces de forma simultánea, dependiendo de la gravedad de la situación. Otro dato a tener en cuenta es que tiene más riesgo de sufrirlo un niño de 7 ú 8 años que otro de 14 ó 15, y cuando se pasa del colegio al instituto, entre los 11 y 12 años. Y, según estadísticas del INJUVE, sólo un tercio de estos niños se atreve a denunciarlo ante padres o profesores. Por eso la observación es tan importante.

La clave, generar confianza con tu hijo


Nadie mejor que tú conoce a tu hijo, pero a veces éstos callan su situación tan delicada por una falta de comunicación con sus progenitores, por vergüenza, o por miedo en la forma en que sus padres actuarán, y también por posibles represalias del maltratador, que los amenaza si cuentan algo. Por lo tanto lo más importante aquí es generar confianza con tu hijo, para que se sienta seguro y sea capaz de contar con normalidad lo que le ocurre en su colegio. Para eso es fundamental que le escuches y muestres interés por el asunto, sin menospreciarlo, pero también deberás indagar si realmente ha ocurrido lo que te está contando y no es fruto de su imaginación, para valorarlo en su justa medida.

En caso de que por desgracia esté involucrado en una situación de acoso escolar, deberás ponerte en contacto con el colegio y solicitarles que intervengan, pidiendo la cooperación del profesorado, para así cortar con la situación. También tu hijo necesitará de ti, por lo que tu apoyo incondicional le dará la seguridad y la confianza que él precise para superar este percance de forma positiva. La figura del psicólogo infantil nos puede ser de mucha ayuda en los casos más graves.

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