Okupas y manifestantes anti sistema amenazan la visita del Papa a Barcelona

Juan Note y EFE
visita Papa Benedicto XVI a Barcelona
La visita que del Papa Benedicto XVI realizará el 7 de noviembre a Barcelona está amenazada por manifestaciones convocadas por okupas y manifestantes anti sistema que suelen generar mucha violencia en la Ciudad Condal. Barcelona junto a Ámsterdam y Berlín albergan a un gran número de activistas. La policía catalana ha identificado varias convocatorias y arengas de manifestaciones violentas contra la visita de Benedicto XVI en sitios webs afines a grupos de okupas.

La policía teme que los activistas radicales infiltrados utilicen manifestaciones convocadas por organizaciones civiles para generar violencia en la Ciudad Condal. Organizaciones como el Observatorio de la Laicidad, Sindicato de Estudiantes, Confederación de Sindicatos de Trabajadores de la Enseñanza (STES-i), Coordinadora de Gays, Lesbianas, Transexuales y Bisexuales pretenden organizar protestas pacíficas contra la visita y las ideas defendidas por Benedicto XVI.

El programa de la visita del Papa Benedicto XVI a Barcelona


La visita que Benedicto XVI realizará el 7 de noviembre a Barcelona será la segunda de un Pontífice a esta ciudad tras la que efectuó Juan Pablo II en 1982, y mantendrá con aquella un nexo común -la visita a la Sagrada Familia- y una coincidencia, ya que ambas se decidieron hacer en la misma fecha.

En aquella ocasión, Juan Pablo II, que realizaba su primera visita a España recorriendo varias ciudades, estuvo un lluvioso 7 de noviembre de 1982 en el monasterio benedictino de Montserrat, posteriormente en el propio Templo de la Sagrada Familia y en el estadio del Camp Nou, donde ofreció una misa multitudinaria.

Aquella fue la visita más larga -diez días- que el papa polaco realizaría a España de las cinco que efectuó en su largo pontificado, y Barcelona fue una de las escalas de un extenso calendario que comprendió también Ávila, Alba de Tormes, Salamanca, Madrid, Guadalupe, Toledo, Segovia, Sevilla, Granada, Loyola, Javier, Zaragoza, Valencia y Santiago de Compostela.

Pese al mal tiempo reinante aquel 7 de noviembre de 1982, Juan Pablo II reunió a varios centenares de miles de personas, tanto en el entorno de la Sagrada Familia y en Montjuic, como en el Camp Nou.

Aquella jornada comenzó en Montserrat, lugar emblemático del catolicismo en Cataluña, donde el Papa -que entonces llevaba cuatro años de pontificado- veneró la imagen de la Virgen de Montserrat -La Moreneta- y depositó un rosario.

Se dio la circunstancia, entonces, de que los miembros de la Escolanía de Montserrat entonaron el himno de la Virgen de Czestochowa -localidad natal de Juan Pablo II- que, al igual que La Moreneta, tiene la tez morena.

Tras la visita a Montserrat, el Papa llegó a Barcelona con un retraso de más de dos horas debido a la intensa lluvia y se dirigió a la Sagrada Familia, donde rezó el Angelus y saludó a la multitud en catalán, con un "Dios bendiga a vuestras familias", según consta en la edición del día siguiente en la hemeroteca de La Vanguardia.

Veintiocho años más tarde, el actual Papa volverá a rezar el Angelus desde la misma fachada del Nacimiento en la que lo hizo Juan Pablo II, si bien en aquella ocasión, debido al retraso en la llegada por las lluvias, la ceremonia no pudo ser retransmitida en directo a todo el mundo por Radio Vaticano.

El Papa almorzó también aquel día en el Salón del trono del Palacio Episcopal -al igual que hará el próximo día 7 Benedicto XVI- en compañía del cardenal Narcís Jubany y autoridades religiosas españolas y del Vaticano.

Si en aquella ocasión el menú culminó con una crema catalana, el almuerzo que mantendrá el actual Papa finalizará con un no menos tradicional huevo de chocolate con la forma de la Sagrada Familia.

El tiempo desapacible también deslució en 1982 el recorrido del "Papamóvil", que en aquella ocasión transitó por las calles Aragón, Paseo de Gracia, Plaza Catalunya, Ronda de Sant Pere, Plaza Urquinaona y Via Laietana, hasta llegar al Arzobispado, aunque las crónicas de la época aseguran que lo hizo a gran velocidad para intentar recuperar el retraso en la apretada agenda papal.

Si Benedicto XVI dedicará el tiempo inmediatamente posterior al almuerzo a visitar la obra benéfico-social Nen Déu, Juan Pablo II se dirigió a Montjuic, donde pronunció un mensaje en favor de la solidaridad dirigido a empresarios y trabajadores.

Tras este acto, el Papa polaco ofició una misa multitudinaria en el Camp Nou barcelonés y distribuyó la comunión a un centenar de personas y a unos doscientos sacerdotes.

En aquella ceremonia, Juan Pablo II también tuvo palabras para las personas enfermas y los ancianos y finalizó el acto saludando en catalán a los miles de asistentes con un "bona nit a tohom" (buenas noches a todos).

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