El pop de Charlotte Gainsbourg vuelve con fuerza

Josune de la Riva
 Charlotte gainsbourg

Charlotte Gainsbourg, cantante y actriz, hija de Jane Birkin y de Serge Gainsbourg, publica el tercer trabajo musical de su carrera. Si para su anterior álbum 5:55 precisó de los servicios de Nigel Godrich (Radiohead), para este nuevo disco titulado IRM, Gainsbourg ha contado con la composición y producción de uno de los más inquietos y prolíficos talentos de la escena musical estadounidense, Beck.

Gainsbourg y Beck, una buena combinación


El proceso ha supuesto una implicación muy importante para ambos y les ha llevado a un estado de química y consonancia que nunca hubieran imaginado. De ahí el acto confesional, íntimo y autobiográfico que supone el conjunto de éste álbum. Canciones por las que se translucen tanto la preciosa voz de Gainsbourg, como el sello inconfundible del americano. Un fabuloso disco de pop en mayúsculas, deudor a partes iguales de la nouvelle chanson française (Benjamin Biolay, Dominique A, Françoiz Breut, Keren Ann, Vincent Delerm...) que de clásicos de obvia mención.

El disco se publica en una edición limitada que contiene un tema extra y un DVD con un documental sobre las sesiones de grabación. El primer sencillo Heaven Can Wait es una elegante muestra de esta colaboración fructuosa, la cual también ha supuesto la formación de una banda para las primeras actuaciones en directo de la carrera de Gainsbourg.

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