El extraño comportamiento de la Infanta Cristina y Urdangarín: imputados e invisibles

La Infanta Cristina e Iñaki Urdangarín están pasando por uno de sus peores momentos. Desde que se conociera la imputación de la Infanta, la pareja se ha hecho invisible en Ginebra. 

Los hijos de los Duques de Palma han visto cómo las medidas de seguridad han sido incrementadas por la policía y los escoltas en su regreso a Suiza. Y es que el seguimiento exhaustivo de la prensa se ha acrecentado en los últimos días.

Entre tanto, la Infanta Cristina viaja continuamente de Suiza a España. Sin ir más lejos, el 8 y 9 de enero estuvo reunida con sus abogado, Miquel Roca y Jesús María Silva para decidir si declararía ante el juez o recurría la imputación. Finalmente declarará, aunque el juez Castro quiso poner la guinda al tema explicando que "la Infanta no declara voluntariamente".

Los Duques de Palma se alternan en el cuidado de sus hijos

Por regla general, cuando uno de los dos tiene que faltar en casa, el otro se queda al cuidado de los pequeños. 

A principios de la semana, Iñaki Urdangarín se dejaba ver por primera vez tras la imputación de la Infanta Cristina. Después de varios días sin ningún rastro de los Duques de Palma en Ginebra, Iñaki salió de su domicilio cuando aún no había amanecido y al detectar la presencia de periodistas giró rápido sobre sus pasos para entrar en su casa.

Por el momento, el Duque de Palma no ha querido pronunciarse acerca de la imputación de su mujer. Hace ya tiempo que esta situación le está pasando factura, y es que hemos visto a Iñaki más delgado, más demacrado y con alopecia. 

Llama la atención la imagen del que fuera deportista de élite y en lo que se ha convertido: camuflado bajo un gorro de lana, con abrigo de plumas y dos grandes bolsas de tela a modo de hatillo que recuerdan más a un mendigo que a un Duque.

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