Vestidos de novia: tendencias y consejos para el día de tu boda

Tu vestido de novia es importante. Tendrás que dedicar mucho tiempo y cuidado al elegirlo porque sólo así conseguirás tu vestido soñado; aquél que refleje tu personalidad, tu estilo y que realce tu belleza. Porque vestidos de novia hay muchos, pero como sabemos que tú necesitas uno especial te mostramos las diferentes tendencias en vestidos de novia y algunos trucos para no fallar en la elección.

Tipos de vestidos de novia

Elige cuidadosamente tu vestido de entre los diferentes estilos, caídas y escotes que presentan teniendo en cuenta sobre todo tu silueta. Pero también tendrás que adaptar el vestido a tu estilo y a tu boda, si es íntima o multitudinaria, si es por la mañana o por la noche, o si es religiosa o civil.

Si eres una romántica soñadora podrías escoger un vestido tipo princesa, con lazos o flores que acentuarán tu carácter, o un elegante vestido de novia medieval con el que dejarás impresionados a tus invitados. Los vestidos de tipo imperio también tienen una caída muy suelta con la falda que nace justo debajo del pecho.

Para una novia que derrocha sensualidad y luce un cuerpo esbelto es ideal el vestido tipo sirena, que envuelve tu figura con un elegante tejido recto y pegado al cuerpo.

Las colecciones de novia cuentan con infinidad de variedades de vestidos tradicionales con los tejidos clásicos de sedas, muselinas, rasos y encajes, pero también ofrecen alternativas atrevidas, acortando los vestidos o introduciendo colores.

El escote del vestido de novia es también un foco de atención importante. Elige tu escote dependiendo de la caída del vestido y también de tus medidas. Un escote en 'v' le dará un toque más atractivo a tu imagen, pero si eres más tradicional, puedes optar por un escote redondo o incluso cuadrado. Y si quieres combinar la sencillez con la seducción es perfecto el escote halter; sin mangas y anudado detrás del cuello, deja tu espalda y los hombros al descubierto.

Consejos para la elección del vestido de novia

Como ya sabes, elegir el vestido de tu boda te va a llevar tiempo. Ocúpate de él al menos con 6 meses de antelación para no acabar disfrazada a última hora. No te cortes en visitar todas las tiendas que puedas y en probarte los vestidos cuantas veces necesites. Déjate aconsejar por personas de tu confianza, pero toma tú la última decisión. Nadie mejor que tú va a saber cómo te sientes con tu vestido puesto, así que ten presente también tus sensaciones a la hora de elegir.

Ten en cuenta en todo momento tu boda de forma global: la hora, el lugar, los invitados, las fotos... crea una imagen mental para comprobar si el vestido es el perfecto. Se trata de sentirte cómoda, radiante y deslumbrante y, para ello, la clave está en la elegancia y en ser fiel a ti misma.

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