Venta de oro y joyas en tiempos de crisis

Saúl C. Montaño Quintanilla

Seguramente te habrás fijado alguna vez en esos comercios, cada vez más numerosos, donde compran oro. Es difícil no fijarse porque seguramente hay uno en cada barrio de tu ciudad, y es que últimamente parece que los únicos negocios que se atreven a abrir son los de compra de oro y joyas. Seguramente seas también de ese gran número de personas que cada vez que pasa por uno de esos establecimientos piensa en ese juego de colgante, pulsera y pendientes heredados de la abuela con una pizca de remordimiento. Y tal vez tengas que deshacerte de ellos algún día, como ya mucha gente está haciendo.

¿Empeñar o vender?

El monte de piedad ha sido tradicionalmente el recurso de innumerables familias ante un apuro económico. Respaldados por las cajas de ahorro, los montes de piedad ofrecían la posibilidad de recuperar las joyas, porque estamos hablando de empeño y no de venta.

Bastaba con acudir a ellos con tus joyas y acreditar su pertenencia; ellos te tasaban el conjunto, obteniendo el dinero en metálico correspondiente tras firmar un acuerdo. Pasado un tiempo, las joyas empeñadas podían recuperarse siempre que se pagara el importe concedido más los intereses, que podían oscilar entre el 5% y el 10%. De no ser así, las piezas entraban en subasta pública.

Hasta ahora el empeño había sido la opción más socorrida de las familias, que podían solventar una situación de apuro económico puntual y posteriormente podían recuperar su patrimonio. Pero actualmente, con la situación de crisis que se prolonga y no parece tener fin, con muchos de los miembros del núcleo familiar en paro y sin recursos y con la revalorización del oro, parece que la tendencia es otra. La venta definitiva de las joyas se impone al empeño.

Vender el oro

Efectivamente, cada vez más gente se olvida de las casas de empeño y acuden a los establecimientos donde compran el oro de una forma más rápida, pero también más definitiva. Ante apuros prolongados y sin vislumbrar una mejoría económica, las familias hacen lo que pueden para llegar a fin de mes, y si eso supone desprenderse de patrimonio familiar, lo mejor es acudir al mejor postor.

Ya existen franquicias de estos comercios donde puedes acudir a vender tus joyas y parecen ser la opción más rentable. El procedimiento es sencillo. Ellos te pesan los objetos y te los tasan según el precio del oro. No te olvides que el precio del oro, como ocurre con la Bolsa, fluctúa, y los expertos dicen que corren buenos tiempos para invertir en oro, siendo en estos momentos el valor más seguro. Pero el precio no depende sólo del peso, también de la calidad del oro entregado, algo que examinan en la propia tienda. Una vez determinado el precio, puedes salir del establecimiento con el importe en metálico en el mismo día.

? si quieres saber qué van a hacer con tus joyas, lo mejor es que te olvides de sentimentalismos, porque el procedimiento de estos comercios es sencillamente fundir el oro para su reconversión en lingotes. Algo que no debería preocuparte si la decisión de vender tus joyas viene determinada por una situación de necesidad.

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