El despido laboral: el comienzo de una nueva vida
El despido es una terrible experiencia que en los últimos tiempos se ha puesto tristemente de actualidad. Cuando el trabajador recibe la noticia de la extinción de su contrato tiene que decir adiós a su vida anterior, pero ahora comienza una nueva etapa que no va ser fácil.
Cuando se llega a casa y se asimila que la relación laboral se ha acabado, en el plano psicológico se suelen dar dos fases: una primera de "duelo", donde se da la negación, la frustración, el enfado y el rechazo, que es conveniente dejar salir y donde hay que aprender a relativizar el desánimo por lo ocurrido, y una segunda fase de asunción de responsabilidad, donde el problema se empieza a ver en perspectiva y el trabajador comienza su recuperación personal, reforzando sus expectativas de que vendrán tiempos mejores.
De todas formas la pérdida de autoestima es el factor más peligroso y dañino de los que aparecen durante un despido. Para superar esta situación, se debe pensar más en el futuro que en la sensación de fracaso que se vivió en el pasado. El consejo más práctico que se puede dar es que la nueva búsqueda de trabajo deberá ser una verdadera ocupación, que necesita el mismo ímpetu y entrega que se demostraba en el empleo anterior por lo que hay que planificarse, actuar de forma muy activa, actualizar la red de contactos y sin alterarse ni desanimarse por no conseguir los resultados esperados a corto plazo y, sobre todo, ser constante y disciplinado.
El primer paso es actualizar el currículo y adoptar una actitud proactiva en la búsqueda de empleo. No vale sólo con acudir al Servicio Público de Empleo. El profesional debe realizar una auténtica estrategia de búsqueda diaria a través de portales de empleo, prensa especializada, webs de consultoras de selección, bolsas de trabajo de escuelas de negocios, de ayuntamientos, entrar en redes profesionales online, en empresas de trabajo temporal, etc.
Ahora se dispone de más de 8 horas diarias que antes no se tenía, hay que saber construir una nueva rutina personal, y dedicar parte de este tiempo en la búsqueda de empleo.
Es necesario también combatir el síndrome del orgullo malsano, aquél que dice que el profesional tiene un caché económico y status social al que no debe renunciar. Las oportunidades sólo aparecerán cuando se deje de creer que se era el mejor en su área y se tenga una concepción real sobre sí mismo y sus nuevas circunstancias.
?Una vez conseguida una entrevista de trabajo, lo importante es ser positivo y actuar con calma, confianza, flexibilidad y naturalidad. El despido puede suponer una oportunidad para mejorar aunque para esto el profesional tiene mucho sobre lo que trabajar, empezando por sí mismo.
Todo empieza con asumir el despido
Cuando se llega a casa y se asimila que la relación laboral se ha acabado, en el plano psicológico se suelen dar dos fases: una primera de "duelo", donde se da la negación, la frustración, el enfado y el rechazo, que es conveniente dejar salir y donde hay que aprender a relativizar el desánimo por lo ocurrido, y una segunda fase de asunción de responsabilidad, donde el problema se empieza a ver en perspectiva y el trabajador comienza su recuperación personal, reforzando sus expectativas de que vendrán tiempos mejores.
De todas formas la pérdida de autoestima es el factor más peligroso y dañino de los que aparecen durante un despido. Para superar esta situación, se debe pensar más en el futuro que en la sensación de fracaso que se vivió en el pasado. El consejo más práctico que se puede dar es que la nueva búsqueda de trabajo deberá ser una verdadera ocupación, que necesita el mismo ímpetu y entrega que se demostraba en el empleo anterior por lo que hay que planificarse, actuar de forma muy activa, actualizar la red de contactos y sin alterarse ni desanimarse por no conseguir los resultados esperados a corto plazo y, sobre todo, ser constante y disciplinado.
Comenzar de nuevo
El primer paso es actualizar el currículo y adoptar una actitud proactiva en la búsqueda de empleo. No vale sólo con acudir al Servicio Público de Empleo. El profesional debe realizar una auténtica estrategia de búsqueda diaria a través de portales de empleo, prensa especializada, webs de consultoras de selección, bolsas de trabajo de escuelas de negocios, de ayuntamientos, entrar en redes profesionales online, en empresas de trabajo temporal, etc.
Ahora se dispone de más de 8 horas diarias que antes no se tenía, hay que saber construir una nueva rutina personal, y dedicar parte de este tiempo en la búsqueda de empleo.
Es necesario también combatir el síndrome del orgullo malsano, aquél que dice que el profesional tiene un caché económico y status social al que no debe renunciar. Las oportunidades sólo aparecerán cuando se deje de creer que se era el mejor en su área y se tenga una concepción real sobre sí mismo y sus nuevas circunstancias.
?Una vez conseguida una entrevista de trabajo, lo importante es ser positivo y actuar con calma, confianza, flexibilidad y naturalidad. El despido puede suponer una oportunidad para mejorar aunque para esto el profesional tiene mucho sobre lo que trabajar, empezando por sí mismo.
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