La cirugía estética, un punto más del curriculum

Saúl C. Montaño Quintanilla

En estos tiempos de crisis cada vez es más difícil encontrar un trabajo y también mantenerse en el que uno ya tiene. Ante las reducciones de plantilla, la competitividad se incrementa para llegar a ser la empleada perfecta. La más eficiente, por supuesto. Pero ¿es necesario ser también la más guapa?

Los motivos de la cirugía

Parece que la imagen va cobrando más protagonismo en este mundo de inseguridad laboral. Algunas encuestas afirman que un 30% de las operaciones de cirugía estética tienen una motivación relacionada con el trabajo. Conseguir un buen puesto, ascender en el trabajo, o simplemente mantenerse en él, requiere, en muchas ocasiones, pasar por el quirófano. Así lo cree, al menos el 30% de las que deciden someterse a alguna intervención estética, la mayoría, mujeres.

La satisfacción personal sigue siendo el principal motivo para realizar una cirugía estética, pero el hecho de un gran número de mujeres decida hacerlo por trabajo demuestra que la discriminación laboral sigue existiendo. Es más, la discriminación no es sólo una cuestión de género, también lo es de imagen. Estudios recientes muestran cómo a la hora de elegir una posible candidata a un empleo el factor imagen resulta fundamental. Una persona que está dentro de los cánones estéticos inspira más confianza que por ejemplo, una persona obesa.

Por este motivo muchas mujeres deciden someterse a alguna operación estética. La más demandada, sin duda, es la cirugía en el rostro, para modificar la nariz, los párpados o realizarse un lifting. La cirugía mamaria es otra de las operaciones más usuales seguida por el remodelamiento corporal.

Precauciones ante la cirugía estética

Si estás pensando en someterte a algún tipo de cirugía estética conviene que antes medites bien los motivos y la necesidad real de hacerla. Puede que te sientas insegura con alguna parte de tu cuerpo y eso te impida desenvolverte con naturalidad en tus relaciones sociales. O puede que te sientas presionada porque tu físico no encaja en tu entorno laboral. Puedes tratar de aceptarte a ti misma y de hacer que los demás te acepten, pero si realmente consideras necesario pasar por el quirófano para mejorar tu imagen debes tener en cuenta una serie de recomendaciones.

1- Tómate tu tiempo para tomar la decisión.
2- Consulta todas las posibilidades de tratamiento.
3- Visita todos los centros de estética que puedas.
4- No escatimes en el coste, ni aceptes ofertas que parezcan un chollo.
5- Infórmate, pregunta todo lo que quieras sin temor a resultar pesada.
6- Conoce de antemano los riesgos de la operación, el periodo de recuperación, así como los posibles resultados finales.
7- Lo más importante: elige un profesional titulado y experto, y una clínica que disponga de los medios necesarios para reaccionar ante posibles complicaciones.

Ten siempre presente que lo más importante es tu salud. Por mucho que necesites ese trabajo que te empuja a mejorar tu imagen pasando por el quirófano, no te precipites en tu decisión. Todas conocemos historias de operaciones estéticas cuyos resultados no fueron lo que se esperaba. Así que si realmente quieres hacerte un retoque estético ponte en manos del mejor profesional.

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