Urdangarin y su polémica visita al hospital: el Príncipe Felipe le veta estar a su lado

La familia real al completo, incluido Urdangarin, acudió el pasado domingo a visitar al Rey a la clínica en la que se recupera de su operación de cadera. Un hecho que más allá de su aparente sencillez, esconde mucho trasfondo.

En primer lugar, supone la aceptación de nuevo de Urdangarin dentro de los actos oficiales de la corona, algo que no ocurría desde que fuera imputado por el caso Nóos. De hecho, hacía ya un año desde el último encuentro oficial de la Infanta Cristina con su padre, el Rey.

Y, en segundo lugar, porque sí, es un acercamiento de Urdangarin a la familia real, pero con precauciones, ya que en ningún momento se pudo ver la imagen del Príncipe Felipe cerca del Duque de Palma. Y ese detalle es el que, tal y como publica la web 'Vanitatis', puso como condición el futuro Rey de España ante la visita de su cuñado.

Al parecer, la infanta Cristina llamó por teléfono al Rey para comunicarle que quería ir a la clínica junto a su marido y su hijo mayor. El Rey accedió pero todo se preparó para que el príncipe Felipe no coincidiese con Urdangarin ni a la entrada ni a la salida del hospital. De esta forma, todos estuvieron dentro a la vez, pero no pudieron ser vistos juntos.

"No hay que buscar ninguna interpretación. Era un deseo de la Infanta Doña Cristina el poder estar con su padre tras la operación. Ella misma le comunicó que iría con el duque de Palma y Juan, el hijo mayor, y el Rey dijo que sí. Es la única lectura que hay que hacer", han explicado a 'Vanitatis' desde la Casa Real.

Urdangarin, sonriente pero desmejorado

A su llegada a la clínica, los Duques de Palma permanecieron en un discreto segundo plano mientras la Reina atendía a los medios de comunicación. Llamó la atención la actitud sonriente de todos y el envejecido rostro de Iñaki Urdangarin.

Hace tan solo unos días que se conocía la fianza de cuatro millones de euros que ha solicitado el fiscal contra Urdangarin por los delitos de malversación de caudales públicos, prevaricación, fraude y falsedad documental. Una fianza que habría provocado que los Duques de Palma se estén mudando del famoso Palacio de Pedralbes, su residencia habitual en Barcelona.

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