Vender la virginidad para pagar los estudios: ¿dónde están los límites?

Laura Sánchez, Filóloga

Para la gran mayoría de las jóvenes perder la virginidad es un momento crucial en sus vidas y esperan a hacerlo hasta estar preparadas y hasta que encuentran el chico adecuado. Sin embargo estamos viendo cómo de un tiempo a esta parte cada vez son más las chicas que venden o subastan su virginidad a través de Internet. Ofrecer sexo a cambio de dinero suena inevitablemente a prostitución, pero las jóvenes que han conseguido pagarse sus estudios con esta técnica no opinan lo mismo.

Vender la virginidad en Internet

Si la virginidad es importante para una mujer, más lo es para algunos hombres, para los que mantener una relación sexual con una virgen constituye una de sus fantasías. Y hay hombres dispuestos a pagar lo que haga falta para conseguirlo siempre que haya chicas que sigan poniendo su virginidad a la venta.

El caso más reciente y más polémico ha sido el de una joven brasileña de 20 años, Catarina Mogliorini, que subastó su virginidad en una web llamada VirginsWanted. Con el propósito de rodar un documental sobre la virginidad, esta Web propuso a varios jóvenes de ambos sexos poner a la venta su virginidad y entrevistarlos después de la experiencia. La joven brasileña consiguió 780.000 dólares en esta particular subasta de manos de un hombre japonés que se ha mantenido en el anonimato.

Pero este no es el único caso en el que una chica vende su virginidad a través de Internet, de hecho es más frecuente de lo que pensamos. Así, hemos conocido los casos de una chica estadounidense que subastó en eBay su virginidad, por la que consiguió ni más ni menos que 3,8 millones de dólares, cantidad con la que, sin duda, esta joven tiene la vida resuelta. Peor suerte corrió otra joven que decidió hacer lo mismo en Alemania y que consiguió 10.000 euros a cambio de su virginidad, sin embargo, el fisco alemán ahora le reclama el pago de los impuestos.

Sexo en venta

El caso de estas chicas que subastaron su virginidad de forma voluntaria y consciente abre debates tanto éticos como legales, pero en ningún caso se trata de un abuso sexual, ni de coacción ni mucho menos de violación. Los razonamientos de las chicas para subastar algo tan íntimo son variados, pero la joven brasileña apunta a una desmitificación de la virginidad afirmando que la subasta le parecía una opción mejor que comenzar su vida sexual una noche de borrachera con un chico cualquiera.

No dejan de ser anécdotas y no deja de tratarse de la voluntad de cada persona. El problema viene con otros casos en los que la chica pierde su virginidad coaccionada por la necesidad y, en muchos casos engañadas, cuando no obligadas. Recientemente hemos conocido el caso de varias menores brasileñas que bajo amenazas y engaños perdieron su virginidad a cambio de unos 10 dólares o un teléfono móvil. Pero aquí entramos ya en el terreno de los abusos sexuales y del tráfico de mujeres, un problema social que por alguna razón, se quiere silenciar.

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