Las fotos de Kate Middleton en topless: ¿descuido o atentado contra su intimidad?

Teresa Guerra

La casa real británica está indignada. Deben haberse quedado anclados en la década pasada, ya que no se imaginaban que nadie se atreviese a publicar unas fotos de la Princesa Catalina haciendo topless en sus vacaciones privadas en la costa francesa junto a su esposo el Príncipe Guillermo de Inglaterra. Lo que parece que no saben los Duques de Cambridge es que las cosas han cambiado y que la prensa ya no tiene el miedo y respeto a monarquía, política y otras grandes instituciones que tenía antes, sino todo lo contrario. Eso es lo que interesa y, por tanto, lo que vende.

¿Debe una princesa hacer topless?

Kate Middleton se relajó. Es cierto que estaba en un lugar privado y, en teoría, su imagen es de interés público, fotografiable y publicable hasta el mismo momento en el que pasa a estar en un lugar privado. Todo el mundo -y digo todo el mundo- tiene derecho a la intimidad de puertas para adentro. De ahí que la justicia le haya dado la razón y la revista Closer haya sido obligada a retirar la publicación de esas imágenes, así como a hacer entrega de ellas en un plazo de 24 horas.

Que la Princesa Catalina tenga razón en cuanto a la legalidad no quiere decir que lo haya hecho bien. Sabiendo su interés mediático y que tiene cientos de paparazzi siguiéndole allá donde va, ¿hasta qué punto debe la futura reina de Inglaterra dejar su pecho al descubierto para tomar el sol y luego escandalizarse por su difusión? ¿Qué se le pasaría por la cabeza a tan discreta y siempre perfecta Kate Middleton?

Privilegios, ¿pero sin sacrificios?

No es el primer disgusto que se lleva en este sentido la monarquía británica. Algo parecido sucedió con su hermana pequeña, Pippa Middleton, quien se dejó ver en topless, medio desnuda e incluso borracha en una ocasión. También con el siempre polémico Príncipe Harry, que no sale de una para meterse en otra, incluso con la mismísima Lady Di, quien consiguió que sus fotografías en la playa no saliesen nunca a la luz.

Son humanos, libres y pueden equivocarse. Pero su condición real tiene sus pros y sus contras, y son muchos los que piensan que algunos personajes de la monarquía aceptan con gusto sus ventajas y privilegios, pero no así los sacrificios que ello conlleva, que no son tantos...

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