El trabajo para ti, y los méritos para tu jefe

Esther Ruiz

Es uno de los comportamientos más irritantes del ámbito laboral. Cuando un compañero o un superior se atribuye el mérito de un trabajo tuyo ante los demás, quedando de profesional sin haber hecho nada.

Es frustrante e irritante, además de injusto, por lo que hay que tomar medidas. Cuando el 'roba medallas' es un compañero, la solución es hablar directamente y sin tapujos con el ladrón de ideas o trabajos, pero también con el resto del equipo o implicados.

¿Pero qué ocurre cuando el responsable del egoísta acto es nuestro jefe? La solución también pasa por hablar con él o ella, pero lo más probable es que eso le desagrade y, además, haga como si no hubiese pasado.

Si esto es así, no tenemos muchas opciones más que seguir trabajando tan bien como sabemos y esperar a que el tiempo ponga a cada uno en su sitio.

Otras actitudes odiosas de los jefes

El acaparamiento de méritos ajenos es uno de los aspectos que más odiamos de los jefes, pero hay muchos otros. La prepotencia y la falta de respeto es otro. Gritar en vez de hablar o protagonizar broncas públicas es una de las actitudes más comunes en los jefes irrespetuosos.

Que no escuchen, no apoyen ni motiven es otra queja habitual de los trabajadores. Cuando el empleado siente que su opinión no sirve para nada, acaba cayendo en un estado de desmotivación perjudicial para todos.

¿Otros errores de los malos jefes? La falta de implicación, el incumplimiento de compromisos y la falta de claridad en los objetivos son también otros males muy perjudiciales para el trabajo en equipo.

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