La enfermera de Kate Middleton y 'la broma' que acabó en suicidio

Anita del Valle

"¡Qué fuerte lo de Kate Middleton!", salta Mari Pili en la hora del cafecito. "¿El qué? ¿Lo del embarazo?", pregunta extrañada Rosa. "No, mujer, lo de la enfermera a la que le gastaron una broma haciéndose pasar por la Reina Isabel y el Príncipe Carlos. ¡Que se ha suicidado!", informa medio sorprendida, medio exaltada. "Ah, ya... bueno, tampoco se sabe con certeza, ¿no? Además, de confirmarse el suicidio, acabarán saliendo a la luz los verdaderos motivos. ¡No se va a suicidar por eso!", responde Rosa con desconocida parsimonia. Ella, defensora de todas las causas, de parte del verdugo en vez de la víctima. Insólito.

Yo me quedé enmudecida. No lo sabía. Conocía la historia como una anécdota que, como profesional del periodismo, ya no me hacía ninguna gracia. Creo que el fin no justifica los medios, y mucho menos cuando ese fin no es pillar con las manos en la masa a un delincuente, sino ni más ni menos que alimentar el morbo y obtener información privada a través de mentiras.

"¿Y por qué no se va a haber suicidado por eso?", entro en el debate. "Chica, porque es una tontería. ¿Cómo te vas a suicidar por tragarte una broma?", concluye muy segura Rosa. Pero yo no lo estoy tanto. De hecho, estoy convencida de que ése fue el motivo y que es mucho más fuerte de lo que puede parecer en un principio. Porque no se trata de 'una broma'. Estoy harta de escuchar la palabra 'broma' cuando en realidad se trata de un engaño; una sucia estrategia para conseguir información confidencial a costa de una empleada que intentaba hacer bien su trabajo; una humillación pública al ser además grabada y difundida; una falta de respeto al jactarse de lo fácil que había sido a pesar de las risas de fondo, una pésima imitación y un acento paupérrimo. 

"Ponte un momento en el lugar de esa mujer. El hecho de que esa conversación se haya difundido en el mundo entero ha podido ejercer una presión descomunal sobre ella; el pasar del anonimato a la fama y no por una buena causa; el sentimiento de culpabilidad por haber metido la pata; la vergüenza de haber sido una víctima fácil... De la noche a la mañana se ha convertido en objeto de burlas y, lo peor de todo: ha sido utilizada". insisto.

"No sé, Anita, tu postura me parece un poco radical. La intención, lógicamente, no era esa. ¿Quién se lo iba a imaginar? Los locutores están destrozados; el programa, cancelado; la emisora, castigada sin publicidad... ¿Qué más pueden hacer?", continúa Rosa.

"Sí, destrozados... pero no despedidos. Y no es la primera vez que el mismo programa de la emisora australiana 2Day FM gasta 'una broma' similar", me apoya Mari Pili: "En 2009 conectaron a una niña de 14 años a un detector de mentiras para sonsacarle detalles de su vida sexual delante de su madre y, ante la revelación en directo de que había sido violada dos años atrás, la respuesta de Michael Christian (locutor del programa junto a Mel Greig) fue la siguiente: "Muy bien, ¿y ésa ha sido tu única experiencia?" 

Jacintha Saldanha -así se llamaba la enfermera-, de 46 hijos, se despide de esta triste manera de la vida y deja huérfanos a dos niños de 14 y 16 años. Quien le vea la gracia a la 'broma', que me la explique.

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