Cómo ayudar a tu hijo a conciliar el sueño

Elena Moreno
 Conciliar sueño

El 19 de marzo se celebra el Día Mundial del Sueño con el objetivo de recordar que es un estado básico y necesario para cualquier persona ya que, en este período en el que estamos dormidos, se regenera el organismo. Gracias a este descanso se recupera la energía necesaria para afrontar las actividades cotidianas y se mantiene, además, la capacidad de concentración y control.

Los trastornos del sueño son muy comunes en la infancia. Normalmente son problemas pasajeros, pero en algunas ocasiones pueden llegar a ocasionar un importante desorden para la armonía en casa. Para muchos padres serán familiares comportamientos como la resistencia a acostarse, la ansiedad al irse a la cama o la insistencia en dormir con los padres, así como la enuresis (o mojar la cama durante la noche), los despertares nocturnos o las pesadillas.

Consejos a tener en cuenta


Para mejorar no sólo el sueño del niño, sino también su estado de ánimo durante el día, puedes tomar nota de estos consejos:

Mantén un horario fijo para ir a dormir y despertarse todos los días, los siete días de la semana. El reloj biológico de tu hijo tiene una gran influencia en sus despertares y somnolencia. Cuando estableces una hora concreta para ir a dormir y para despertarlo, es como si dieras cuerda a ese reloj para que funcione correctamente. Los niños, además, responden mejor cuando van a dormir pronto, y la mayoría duermen mejor y durante más tiempo.

Intenta que se eche siesta todos los días. Un niño sin siestas a menudo se despierta alegre y progresivamente empeora su estado de ánimo, quejándose más o mostrando una hiperalerta a medida que pasa el día y que va perdiendo gas. Además, la duración y calidad de las siestas afectan al sueño nocturno, puesto que buenas siestas implican un mejor sueño nocturno.

Aprovecha la biología natural de tu hijo, de manera que esté cansado cuando llegue el momento de acostarse. La oscuridad incrementa la generación de melatonina, la hormona corporal del sueño, y es como el botón biológico de "parar". Puedes ayudar a conciliar el sueño de tu hijo con la hora de ir a dormir bajando la intensidad de las luces de tu casa una hora antes de acostarse.

Desarrolla una rutina consistente para ir a dormir que permita a tu terremoto de hijo experimentar una transición entre el movimiento diurno y la tranquilidad necesaria para caer dormido. Una rutina específica para antes de dormir termina, de manera natural y simple, en la conciliación del sueño.

Además, una rutina organizada te ayuda a coordinar las situaciones que deben ocurrir antes de ir a la cama: baño, pijama, cepillado de dientes, etc. Te permite funcionar como un piloto automático en el momento del día en que estás más cansada y eres menos creativa.

Crea un entorno agradable para dormir. Quizás no hayas reflexionado mucho sobre el sitio donde tu hijo duerme, pero éste puede ser una de las claves para un mejor sueño. Asegúrate de que el colchón es confortable, las mantas proporcionan suficiente calor, la temperatura ambiental es correcta, el pijama es agradable y la habitación es acogedora.

Alimenta correctamente para mejorar el sueño. La comida puede afectar el nivel de energía y la somnolencia. Los alimentos ricos en carbohidratos tienen un efecto calmante en el cuerpo, mientras que las comidas con alto contenido de proteínas o azúcares incrementan el estado de alerta, especialmente si se toman solas. Algunas ideas de bocaditos para comer antes de irse a la cama son: tostadas de pan completo con queso o mantequilla de cacahuete, cereales con plátanos, yogures o galletas bajas en azúcar.

Enseña a tu hijo a relajarse y a dormir. Muchos niños se van a la cama sin estar muy seguros de qué tienen que hacer cuando están allí. Seguir una rutina previa que les calme y favorezca cierta somnoliencia puede ayudarles. Un componente común de estos rituales es contar un cuento, y por muy buenas razones. Un niño que está escuchando a su padre o madre leer o explicar un cuento, tiende a permanecer inmóvil y concentrarse en la historia. Esta silenciosa quietud le permitirá adormecerse más fácilmente.

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