Lactancia materna prolongada: una foto reabre la polémica
¿Mayor vínculo emocional o sometimiento de la mujer?
La segunda semana de mayo la revista Time levantó una intensa polvareda con su portada: una mujer dando de mamar a un niño de tres años (o más) bajo el titular "¿Eres suficientemente mamá?". El debate explotó nada más conocerse la cubierta de la revista.
El reportaje del Time hace referencia al doctor Bill Sears, firme defensor de que la lactancia materna prolongada, el colecho y mantener un estrecho contacto ayudan a crear fuertes lazos emocionales entre madre e hijo; es lo que se llama apego. Hay quien ve en estas teorías una vuelta a una crianza natural, más humanizada, mientras otros creen que supone una forma de sometimiento de la mujer.
Además, muchos sectores creen que la lactancia materna prolongada y el apego pueden ser perjudiciales para los niños y que, en el futuro, pueden sufrir desequilibrio y dependencias. Hoy en día es algo que no está demostrado.
En EEUU existen límites a la hora de mostrar un pecho en público, aunque sea para dar de mamar. Es evidente la doble moral, ya que después se pueden ver pechos en cada anuncio, en cada valla publicitaria y en cada escaparate, pero algo chirría cuando el pecho deja de ser sexual para convertirse en maternal.
La lactancia materna en España
¿Qué ocurre en España con la lactancia materna? No es cómodo dar el pecho en la calle. Hay infinidad de camisas, delantales y pañuelos para que la madre se tape y no muestre su pecho mientras amamanta a su hijo. Por otro lado, hoy en día se presiona a las madres de dos maneras totalmente opuestas según la edad del bebé.
Cuando el bebé aún es recién nacido la madre que opta por la lactancia artificial, por deseo propio o por razones médicas, puede sentir la crítica del entorno más cercano e incluso de quien no le conoce en absoluto. Por otro lado, si el pediatra elegido no está por la lactancia, a la menor dificultad con el peso del bebé animará al uso del biberón. Y las madres entran en una especie de bucle.
El momento del destete suele venir determinado por las obligaciones profesionales de la madre y el calendario de introducción de alimentos de los pediatras, pero hay quien elije prolongarla. La OMS recomienda un mínimo de 6 meses de lactancia materna exclusiva. A partir de ese momento, las madres que optan por continuar con la lactancia materna notan primero una cierta presión ("total, mujer, si ya le has dado 6 meses") y después vuelven a sufrir la censura de su entorno y de la sociedad. Lo que antes era obligatorio ahora empieza a ser un engorro.
Abuelas, tías y conocidas empiezan a presionar a la madre y al niño, cuando ya tiene una edad, para que abandonen la lactancia. En la calle, la gente mira con gesto crítico.
Es habitual en las reuniones de los grupos de apoyo a la lactancia encontrar a mujeres que han optado por la lactancia prolongada buscando consuelo en otras madres en su misma situación.
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