Vaginoplastia o estrechamiento de la vagina: cómo, para qué y riesgos

Patricia Garcia Herrero

La vaginoplastia es una intervención quirúrgica de rejuvenecimiento vaginal que busca devolver a los músculos que conforman la zona de la vulva la forma y el tono muscular, perdido por la edad, el parto o simplemente por fines estéticos.

El objetivo de esta cirugía es acortar los músculos vaginales para aumentar su capacidad de contracción. Aunque las finalidades de someterse a esta operación son variadas, por lo general de busca mejorar el aspecto estético de la vagina y potenciar el disfrute en las relaciones sexuales.

En qué consiste la vaginoplastia

La vaginoplastia o estrechamiento vaginal la lleva a cabo un cirujano plástico. A grandes rasgos, el experto acorta los músculos que rodean la vagina para que se fortalezcan las paredes de la misma, y elimina la piel sobrante mediante suturas.

Los puntos de la suturas se suelen caer a los quince días y al mes se pueden retomar las relaciones sexuales si no existen complicaciones. Aunque esta cirugía es bastante eficaz a la hora de recuperar el tono de los músculos vaginales, existen otros métodos menos invasivos para aumentar el disfrute en el coito, como las bolas chinas terapéuticas o los ejercicios Kegel, sobre todo después del parto.

Peligros de la vaginoplastia

Como cualquier intervención quirúrgica, la vaginoplastia también entraña riesgos para la salud de la mujer. Tras la operación se pueden producir infecciones, hematomas y sangrados, dolor y pérdida de sensibilidad. Además, se debe tener en cuenta que, pese a ser una operación corta, de una o dos horas, precisa anestesia general.

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