Adicción al amor: adicta a la pareja o adicta al enamoramiento

Laura Sánchez, Filóloga

Utilizamos el término "adictas al amor" con cierta ligereza para referirnos a todas esas mujeres fanáticas del amor, cuyo estado ideal es el de un perpetuo enamoramiento. Y aunque la necesidad de estar enamoradas es algo que se da muy frecuentemente, en ocasiones puede convertirse en una patología y en una adicción tan destructiva como ocurre con las drogas y el alcohol. Esta adicción al amor, que incluye síntomas como taquicardia, ansiedad, mareos y, en algunos casos, depresión, puede tener dos variantes: la adicción a la pareja o la adicción al enamoramiento.

Adicción a la pareja

La adicción al amor puede esconder un falta de seguridad y de autoestima que se refleja en la dependencia de la pareja. La adicta al amor no se permite pasar de esas primeras fases del enamoramiento en las que su pareja es el hombre perfecto y sigue viéndole de esa manera por mucho que pase el tiempo.

Incapaz de ver la realidad de forma objetiva, las adictas al amor tampoco reconocen que su amor no sólo es imperfecto sino que además es destructivo. Esto hace que permanezcan en relaciones tóxicas con el hombre equivocado, con un hombre que no las quiere ni las respeta, pero se ven incapaces de vivir la vida sin ese amor que ellas solas han creado.

Los peligros de idealizar el amor hasta el punto de no ver que la persona que amas no siente lo mismo por ti y que además te está anulando como persona son innumerables, pero podemos resumirlos en una desaparición de la personalidad de la adicta al amor, que puede terminar en una grave depresión en el momento en que tome contacto con la realidad, que suele coincidir con el momento de la ruptura por parte de él.

Adicción al enamoramiento

De esta adicción al amor, tenemos otra variante que, si a priori parece bien diferente, también esconde un sentimiento de inseguridad que lleva a la adicta al amor a necesitar enamorase continuamente. Sin embargo, es incapaz de comprometerse como ocurre con el caso anterior, sino que se trata de una especie de Peter Pan que va de flor en flor. Siempre enamorada de alguien, siempre feliz.

Esta adicta al amor no establece relaciones duraderas porque necesita el subidón del enamoramiento. A veces, se esconde tras la figura de una feliz single, pero lo cierto es que es incapaz de ser feliz sin amor. La suerte de estas adictas al amor es que no ofrecen ese amor incondicional que las lleva a permanecer en una relación a pesar de todo, por muy destructiva que sea esta.

Pero bajo su apariencia feliz y despreocupada respecto a las relaciones de pareja podemos encontrar un miedo a la soledad enfermizo y una necesidad excesiva de reafirmación por medio del amor. Su vida no tiene sentido si no las aman, por lo que ellas mismas se valoran según la cantidad de amor que reciben.

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