Me gusta mi vecino, ¿funcionará el truco de la sal?

Laura Sánchez, Filóloga

Alto, moreno, de ojos azules y con una sonrisa que corta la respiración. Eso es lo que te has encontrado en el ascensor y para colmo se ha bajado en el mismo piso que tú. ¿Tienes un tesoro en la puerta de al lado y ni te habías dado cuenta?. Hoy es tu día de suerte. Hay que actuar rápidamente, así que si ese vecino magnífico es nuevo, lo tienes fácil. Dale la bienvenida y ofrécele tu ayuda para lo que necesite, que se note que eres una persona solidaria y cooperativa. Y si tu vecino no es nuevo, sino que Cupido ha tardado un tiempo en avisar a tu corazón, tranquila, porque tenemos algunos trucos para que ese cañonazo caiga en tus brazos.

El truco de la sal

No te imaginas la suerte que tienes de haberte enamorado de tu vecino. Con el ritmo de vida que llevamos, que no tenemos tiempo para nada, qué mejor que encontrar el amor en la puerta de al lado. Claro que las técnicas de seducción varían un poco, ten en cuenta que no estás en el bar, sino en una comunidad de vecinos.

Lamentamos decirte que el viejo truco de la sal es precisamente eso, viejo, así que mejor no ser tan evidentes. Pero si bien no es recomendable aparecer en su puerta pidiéndole un poquito de sal, sí que puedes pedir muchas otras cosas. Que estás haciendo un delicioso postre, pues mejor ve a pedirle "un toque de canela" que queda más exótico y cinematográfico. Tal vez quiera probar luego ese postre, por lo que ese bote de canela que tienes procura esconderlo bien.

Aunque lo mejor para socializar con un vecino es una fiesta. Si das una pequeña fiesta con tus amigos, llama a su puerta porque tu sacacorchos ha quedado inutilizado de tantas botellas de vino como has abierto. Y como eres una persona agradecida, qué menos que invitarle a unirse a la fiesta.

Observando a tu vecino

No estaría mal que antes de lanzarte a los brazos de tu vecino echaras un vistazo a sus costumbres. No hablamos de un espionaje en toda regla, pero te convendría saber sus horarios, si trae compañía femenina (o masculina) a casa, o incluso si de vez en cuando le visitan sus hijos.

Si crees que tienes via libre con tu vecino, descubre si es verdaderamente tu hombre ideal conociéndole un poco más. Si subes cargada con las bolsas de la compra y te lo encuentras en el rellano, dale la llave y pídele que te abra la puerta. Puede que se quede a ayudarte a colocar las cosas y tú tendrás que invitarle a un café, o a una copa de vino.

El truco de la vecina perfecta nunca falla. La próxima vez que te lo encuentres, pregúntale si le molestas con la música demasiado alta, ya que no es tu intención ser una vecina molesta. Seguro que le das pie a una conversación amistosa.

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