De la operación bikini a la operación fritanga

Napoleón Fernandez

Los kilos van en aumento, como los años, y suele ser a principios de año cuando empezamos a ser conscientes de que los excesos navideños están redondeando nuestro cuerpo más de lo necesario. Sin embargo, los abrigos y la ropa oscura invernal disimulan perfectamente esos kilos de más. Es en primavera, cuando empezamos a quitarnos prendas de ropa, cuando nos damos cuenta de que necesitamos ponernos en forma para el verano y sus días de playa. Y es entonces cuando empieza la operación bikini.

La operación bikini

Pensando en los paseos junto al mar y en los minúsculos bikinis que queremos lucir, somos capaces de hacer cualquier esfuerzo, a veces en forma de peligrosas dietas milagro, a veces simplemente poniendo más cuidado en nuestra alimentación, que generalmente es el método más eficaz y saludable. En cualquier caso, el esfuerzo se hace y nos privamos de comer los alimentos más perjudiciales para nuestra figura, esos con los que más disfrutamos. Aumentamos la cantidad de frutas y verduras y hasta nos atrevemos con algo de deporte. Y para cuando llega el verano, estamos listas para los bikinis, los tops y las minifaldas que haga falta.

Sin embargo, una vez que estamos de vacaciones, olvidamos todo el esfuerzo realizado, todos los propósitos de comer sano y de no excedernos con las grasas y el alcohol, y nos lanzamos de lleno a las tapas de fritanga del chiringuito de la playa. Y las acompañamos de abundantes refrescos, que para algo hace mucho calor. Rompemos con los horarios y con los alimentos saludables y nos dejamos llevar por el relajamiento de las costumbres. De esta manera es como al final de las vacaciones podemos encontrarnos con unos cuantos kilos de más, algunos estudios dicen que hasta 5 kilos de media son los que engordamos en verano.

Cómo mantener la operación bikini

Para que esto no ocurra y podamos evitar los riesgos de las variaciones frecuentes de peso deberíamos concienciarnos de que lo que verdaderamente necesitamos es llevar una vida saludable durante todo el año. No se trata de reprimir cualquier deseo gastronómico que se salga de lo recomendable, sino de mantener una actitud constante de costumbres sanas. Apostar por una alimentación sana y equilibrada donde abunden las frutas, las verduras y el pescado, eliminar los alimentos muy grasos, reducir el consumo de alcohol y acompañarlo todo de la práctica habitual de ejercicio físico moderado, es la clave para mantener el peso ideal durante todo el año.

Y no hay excusas para no continuar con nuestras costumbres alimenticias en vacaciones. Estar fuera de casa tiene sus limitaciones en cuanto a la preparación de las comidas, pero cualquier restaurante te ofrece una amplia variedad de alimentos donde sólo tú tienes la decisión de escoger el que te conviene. Destierra el mito de asociar el verano con comida precocinada y helados, porque el gazpacho y las ensaladas son la opción más refrescante.

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