Historia de amor no correspondido: amor en solitario

Laura Sánchez, Filóloga

Andrés y María se conocían desde siempre. Pertenecían al mismo grupo de amigos y, sin ser los mejores amigos, ni mucho menos los mejores amantes, se conocían bastante bien y habían vivido mil cosas juntos. Sin embargo nunca habían vivido una historia de amor juntos. Lo habían intentado, eso sí. Se habían acercado, se habían besado y hasta se habían acostado, pero no se puede obligar al amor.

La historia según María

Estoy cansada de buscarle cada día, de esperar que me dedique una sonrisa, de llamar su atención, de no saber cuándo va a querer volver a acostarse conmigo. Estoy muy cansada de quererle. Él no me ha mentido nunca, dice que no siente amor por mí, que me quiere como amiga, que incluso le resulto atractiva, pero que no siente amor.

Yo pensaba que algún día lo sentiría, que la intensidad con que yo le quiero haría que él también sintiera algo. Pero no ha sido así. Han pasado los años y Andrés sigue sintiendo por mí lo mismo que cuando éramos niños: absolutamente nada. Y yo me muero por él. Y es el amor de mi vida y es que no lo puedo evitar.

Pero ya estoy muy cansada de andar recogiendo sus migajas de cariño en forma de caricias y sexo ocasional. Hasta ahora me bastaba con ser su perro fiel que permanecía a la espera, pero ya estoy muy cansada. Necesito algo más, necesito que me quiera. No sé por qué no me quiere.

La historia según Andrés

No sé por qué no la quiero. Si es una mujer estupenda, atractiva, divertida y, seguramente la más interesante del grupo. Si me encanta cuando nos quedamos solos y los días que, un poco pasados de copas, acabamos en juntos en la cama. Si me gusta su sonrisa y más aún su risa. La verdad es que no sé por qué no la quiero.

Creo que es su entrega incondicional, no hay obstáculos para conseguirla. Yo sé que ella me quiere con locura, que soy el amor de su vida, que no se imagina con otro que no sea yo. Y yo tampoco la imagino con otro, la verdad. Tal vez sea ese el punto, tal vez si algún día la veo interesada en otro hombre, me vuelva loco.

Pero hoy por hoy no la quiero. A lo mejor me estoy equivocando, a lo mejor no es necesario un amor de película para ser feliz, a lo mejor basta con que uno de los dos esté enamorado, con que uno de los dos quiera. No lo sé, solo sé que no la quiero.

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