Mujeres y hombres: ponerse en el lugar de la pareja

Laura Sánchez, Filóloga

La convivencia en pareja no es fácil. Dos personas muy diferentes que comparten vida e intereses en un espacio reducido pueden encontrarse fácilmente instalados en la incomprensión. Al clásico "no entiendo nada" le sigue el no menos popular "ponte en mi lugar". Mujeres y hombres no siempre disponen en su carácter de la empatía que se necesita para una convivencia feliz. De vez en cuando, conviene ponerse en el lugar del otro para comprenderle mejor.

Empatía para la convivencia

Los desencuentros en la convivencia son frecuentes y, además, normales. Forman parte de la relación de pareja porque es imposible que dos personas tan diferentes se entiendan a la perfección. La forma de resolver esos problemas es lo que va a determinar el éxito de la relación. Y la verdad es que un problema no se resuelve si no logramos entender el punto de vista del otro.

Las quejas, tanto de mujeres como de hombres, se dirigen habitualmente a esa falta de comprensión. Los hombres no entienden a las mujeres y las mujeres no entienden a los hombres. ¿Cómo es posible entonces la comprensión? Se necesita empatía. Un rasgo del carácter que no todo el mundo tiene y que implica generosidad, mente abierta y saber ponerse en el lugar del otro.

Reconocemos que no deja de ser difícil ponerte en el lugar de tu pareja cuando estáis en medio de una discusión. Por lógica, tú llevas la razón, pero ten en cuenta que tu pareja está segura de lo contrario. Así pues, una discusión no es el mejor momento para sacar a relucir tu capacidad de empatía. Mejor esperar a la reconciliación, mejor esperar a que se calmen las cosas.

Ponerse en su lugar

Una vez haya quedado atrás la discusión, una vez ambos tengáis muy claro que os queréis, que seguís apostando por la relación y que además, estáis dispuestos a lograr lo que se conoce como una pareja feliz, es el momento oportuno para ponerse en el lugar del otro. Comprender sus razones, sus motivos y ver el desencuentro desde su punto de vista.

Pero ponerse en el lugar del otro ha de ser un ejercicio bilateral. De nada sirve que tú hagas el esfuerzo por ver las cosas desde su perspectiva si tu pareja no hace lo mismo. Porque entonces será una pareja con un solo punto de vista, lo que no es nada saludable. Ponerse en el lugar del otro, no implica renunciar a la propia personalidad. Un miembro de la pareja no puede perder su lugar propio, sino adentrarse de vez en cuando en el lugar del otro.

Intuimos que para lograr resultados en este ejercicio de ponerse en el lugar del otro hace falta una buena comunicación, con lo cual nos encontramos de nuevo ante el caballo de batalla de las relaciones entre mujeres y hombres. Y ante la falta de comunicación, siempre nos queda el recurso de la confianza. Si estás segura de que tu pareja actúa de buena fe y de forma honesta, te será más fácil hacer uso de tu empatía.

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