Por qué no vale de nada presionar en una relación

Laura Sánchez, Filóloga

Algo falla en esas relaciones de pareja que se empeñan en presionarse el uno al otro para cambiar ciertas actitudes o hábitos. La presión no deja de ser una forma más de manipulación o chantaje emocional, por eso hay que evitarlo a toda costa. Te contamos por qué no sirve de nada presionar en una relación.

Para qué sirve la presión en una relación

La presión la vivimos cada día a nuestro alrededor. Nos presionan el trabajo, nos presiona la familia, nos presiona la sociedad. Lo último que necesitamos es que nos presione también nuestra pareja. Al fin y al cabo, la presión es una forma más de manipulación y chantaje emocional que atenta directamente contra nuestra personalidad.

La presión en la pareja no es una cuestión de género. Hombres y mujeres presionan por igual en sus relaciones porque no han entendido que la verdadera esencia del amor es aceptar al otro tal cual es, dar y recibir en la misma medida y ceder hasta encontrar un equilibrio. Todo lo demás puede acabar destruyendo la relación.

Por eso no sirve de nada que tu pareja te presione para tener más sexo, para que vayas a visitar a su familia, para salir siempre con sus amigos, para hacer un viaje que no te apetece hacer, para compraros una casa, para tener hijos...las presiones se pueden dar en cualquier ámbito de la vida en pareja y solo sirven para una cosa: distanciarse.

A día de hoy mucha gente no ha entendido que el amor no implica encierro sino libertad, que no se le pueden poner límites porque los límites constriñen al amor de la misma forma que lo hacen con las personas. Y tampoco han entendido que la presión es una falta de respeto más hacia la esencia de la otra persona. Antes de presionar a tu pareja pregúntate por qué estás enamorado de esa persona.

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