Las compresas no se rinden ante el tampón: su mejorada evolución

Sara Izquierdo

Durante los días que dura la menstruación debemos elegir qué método de protección usar. Aunque para muchas mujeres los tampones son la mejor opción, todavía las compresas son la elección preferida para la mayoría de las mujeres.

Son alargadas, hechas de celulosa y recubiertas de un plástico, y se colocan en la ropa interior. Absorben el sangrado una vez éste ya ha salido de nuestro cuerpo.

A pesar de que existen diferentes tamaños para que usemos dependiendo del día de la fase menstrual que estemos, por lo general, las compresas son bastante delgadas, al contrario de las que existían cuando empezaron a surgir. 

Vienen en paquetes individuales y contienen sustancias que eliminan el mar olor producido por el contacto de la sangre con el aire.

Compresas sin perfumes y sin blanquear

Las compresas que normalmente compramos en el supermercado han sido sometidas a un proceso de blanqueamiento con cloro para que tengan aspecto de algodón, además contienen perfumes y geles destinados a eliminar los malos olores y solidificar el flujo evitando manchas en la ropa. Estos dos aspectos pueden provocar irritaciones en la zona externa de la vagina además de reacciones alérgicas e infecciones al llevar durante horas la sangre y el plástico en contacto directo con la vulva durante tiempos largos.

Lo ideal sería que usáramos compresas y tampones sin blanquear y sin perfumes y además hechas de algodón enteramente, el problema es que son más difíciles de encontrar y no siempre tenemos el tiempo suficiente para ir a comprarlas a los sitios concretos donde las venden. 

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