El discreto poder del ejercicio suave

Maria Castrovardi
 Ejercicio suave

Llega el verano y uno de los aspectos que muchas asociamos a esta época y a las vacaciones es el descanso. Uno de los objetivos que cumplen las vacaciones es descansar cuerpo y mente del estrés diario de todo un año.

Muchas de nosotras buscamos y conseguimos este descanso tumbadas en la playa o tiradas en un sofá de nuestra casa, sin la obligación de mirar el reloj a cada momento como hacemos el resto del año. La realidad es que después de un año de trabajo, esto es lo que muchas de nosotras necesitamos. Pero descansar no significa necesariamente estar todo el día tumbada y la realización de unos ejercicios relajantes puede ser la mejor forma de conseguir este objetivo.

Tres ejercicios que pueden ayudarte a conseguir esto son el yoga, el tai-chi y el pilates que son tres tipos de gimnasia que tienen numerosas virtudes para mejorar el estado físico y mental de las personas. Además, al ser ejercicios suaves que no fuerzan las articulaciones, son recomendables para todas las edades, y ayudan a mejorar la flexibilidad y el equilibrio. Cada técnica tiene elementos únicos, así que podrás escoger aquella que mejor se adapte a tus necesidades.

Yoga: cuerpo y mente


El yoga tiene múltiples variedades, aunque probablemente la más conocida sea la del Hatha Yoga. Su práctica se basa en una serie de posturas llamadas 'asanas' junto con una respiración controlada. El yoga protege el corazón, ya que se ha demostrado que sus practicantes tienen la presión sanguínea más baja, menor cantidad de azúcar y triglicéridos en sangre y mayor nivel de HDL (colesterol bueno).

Según los estudios, también fomenta hábitos alimenticios saludables, y las personas que lo practican tienen menos tendencia a ganar peso. Además, permite controlar el dolor de espalda o el provocado por la artritis y el síndrome del túnel carpiano. También regula el ritmo del sueño en personas mayores y sus ejercicios respiratorios mejoran el asma y la bronquitis.

Lo más recomendable es hacer como mínimo dos sesiones semanales con un profesor titulado. Si quieres realizar un ejercicio físico más intenso, prueba el yoga Ashtanga, que cambia de posiciones rápidamente. Para una versión más suave, inténtalo con el Iyengar, en donde el profesor te ayudará a adoptar la posición.

Tai Chi: un arte marcial pausado


Esta disciplina mejora la estabilidad y el equilibrio, a la vez que consigue aumentar nuestras defensas frente a las enfermedades. El Tai Chi ayuda a ralentizar el avance de de la osteoporosis en mujeres postmenopáusicas y a aliviar el dolor de la artritis. Un estudio ha demostrado que el Tai Chi puede ayudar a pacientes con cáncer a enfrentarse a los efectos psicológicos del tratamiento.

Si quieres practicar Tai Chi, nuestro consejo es que practiques durante treinta minutos diarios, preferentemente por la mañana y por la noche. Los principiantes podrán empezar con facilidad en la variedad Wu Tai Chi, mientras que los que quieran un ejercicio más vigoroso pueden probar el Chen Tai Chi, que emplea movimientos explosivos. A los que prefieren potenciar la meditación, les recomendamos el Yang Tai Chi.

Pilates: estirar y reforzar


Este tipo de gimnasia se centra en los músculos abdominales, y nos ayuda a mejorar nuestra capacidad de concentración al enfatizar el control de la respiración y la conciencia del propio cuerpo. Puede ayudarnos también a perder calorías y mejorar nuestra condición física, ya que en una sesión de nivel intermedio de pilates podemos usar la cantidad de energía equivalente a caminar a una velocidad de 6 ó 7 Km./h.

Si quieres que este tipo de gimnasia sea efectiva, intenta hacer por lo menos tres sesiones por semana. Busca un profesor titulado que tenga por lo menos unos años de experiencia. Para quemar más calorías, pasa de un ejercicio a otro sin parar.

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