La verdad sobre la fundación de Tenochtitlán: leyenda mexicana corta

Así nació Ciudad de México

Azucena Zarzuela, Periodista
En este artículo
  1. Cuándo se fundó exactamente Tenochtitlán
  2. Leyenda mexicana del nacimiento de Tenochtitlán (su verdadera versión)

Leyenda mexicana corta: la fundación de Tenochtitlán

Hay quien dice que nuestro hogar está donde reside nuestra familia y nuestro corazón. Otros encuentran sus raíces en la tierra que les vio nacer. Pero en un mundo cada vez más interconectado y con movimientos migratorios que están a la orden del día uno a veces ya no sabe de dónde es. Y es importante conocer nuestros orígenes, de dónde venimos, para saber hacia dónde vamos.

Pueblos que emprenden largos viajes en busca de la tierra prometida ha habido muchos a lo largo de la historia. Y el peregrinaje nunca es fácil. Alentados por la voluntad de los dioses y motivados por la promesa de un mundo mejor, muchas son las culturas que han llenado de polvo sus zapatos hasta llegar a su hogar, a la que se será la tierra que heredará su pueblo. Y aunque cada cultura tiene su tradición y su leyenda, casi todas, desde África a Europa pasando por América, tienen un elemento común: el águila, uno de nuestros protagonistas en este artículo. Este ave rapaz es símbolo de poder y fuerza y el rey de las aves en el mito y la tradición. Por ejemplo, el águila ha estado presente en la fundación de Roma, pero ésta no es la historia que nos ocupa ahora.

Esta vez, en Diario Femenino, te damos a conocer el nacimiento y la fundación de una de las ciudades más bellas y poderosas del mundo: Tenochtitlán, ahora Ciudad de México. Y a falta de datos históricos contrastados, el runrún popular de sus gentes actuales mezcla la leyenda y el mito para explicarnos el origen de su pueblo. ¡Prestad atención y dejaros envolver por la magia! Arranca una maravillosa leyenda mexicana en forma de viaje al pasado.

Cuándo se fundó exactamente Tenochtitlán

La fundación de Tenochtitlán

Los historiadores todavía andan debatiendo sobre la fecha de la fundación de Tenochtitlán, que quiere decir ‘te’ “piedra”; ‘noch’, “tuna”; y ‘titlán’, donde algo abunda. Unos señalan en el calendario el 12 de diciembre, otros apuestan por el 18 de julio y donde parece haber más consenso es en el 13 de marzo de 1325. Donde sí parece que todos están de acuerdo es en considerar a esta ciudad como una de las más grandes y esplendorosas del mundo, no en vano fue cabeza del imperio que gobernó en gran parte de Mesoamérica.

Comenzamos la aventura. En tierras americanas y antes de que llegaran los españoles, existía un pueblo llamado Aztlán (luego sería conocido como los mexicas). Un buen día, uno de sus dioses, Huitzilopochtli, ordenó a sus habitantes abandonar sus casas para peregrinar en busca de nuevas tierras que les dieran grandeza. La señal convenida entre el dios y sus gentes sería no abandonar la búsqueda hasta encontrar un águila posada sobre un nopal (cactus). Este sería el indicador de que el viaje llegaba a su fin puesto que habrían llegado al sitio en donde debían fundar una nueva ciudad y un imperio como ninguno conocido hasta entonces.

Así lo registra, entre otros, el códice Boturini, conocido como la Tira de la Peregrinación, elaborado en papel amante recubierto de estuco, doblado a manera de biombo, donde se da cuenta cronológicamente de los años transcurridos del viaje, nombre de las tierras que atravesaron así como de los principales sucesos que les acontecieron a los caminantes. 210 días años en total de migración se narran, lo que demuestra que se cumplieron cuatro periodos de 52 años cada uno, el ciclo del calendario sobre el que se fundamenta la cultura mexicana.

Leyenda mexicana del nacimiento de Tenochtitlán (su verdadera versión)

Así nació Ciudad de México

Fue un pueblo errante durante más de dos siglos, hasta que un día, al llegar a los límites del lago Texcoco (región entonces dominada por el señorío de Azcapotzalco), se materializó ante sus ojos la señal prometida por su dios: junto a un islote en medio del lago, se alzaba majestuosa un águila que extendía sus alas como queriendo acoger al nuevo pueblo, mientras descansaba apoyada en un nopal, el cual nacía del corazón de Copil, el sobrino del dios que les había llevado a peregrinar en busca de la tierra prometida.

Ya estaban en casa. Las características del paisaje hablaban de promesas de riqueza y abundancia. El agua y las tierras eran buenas para florecer y el aislamiento natural del lugar les facilitó ventajas económicas y militares. En poco tiempo, la ciudad creció. Y tanto lo hizo que se convirtió en el epicentro de la más grande de las culturas mesoamericanas. Más de 2.000 habitantes por kilómetro cuadrado, más de setenta templos y edificaciones, calzadas, avenidas, canales… adornan una leyenda mexicana que hoy alimenta la identidad de México como nación. Así lo destaca su escudo nacional, con la representación de la profecía de Huitzilopochtli y el regalo que dio a su gente: el pueblo del sol.

¿Sabías la verdadera historia de la fundación de Tenochtitlán? ¿Qué te ha parecido? ¿Conoces alguna otra leyenda corta mexicana? ¡Cuéntanosla en los comentarios!

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