Dolor de cabeza por pasarse con el vino, un exceso con solución

Remedios contra el dolor de cabeza por el alcohol

Marta Valle

Tanto el consumo de algunos alimentos como la ingesta de determinados tipos de bebida pueden producir la aparición de dolores de cabeza. De hecho, suele ser habitual, una vez consultado con nuestro médico de confianza, que sean eliminados determinados productos de nuestra dieta habitual para, de esta manera, prevenir la aparición de migrañas y cefaleas. Una de las bebidas alcohólicas más señaladas cuando se trata de abordar su relación con la aparición de dolores de cabeza es el vino. Estudios recientes han señalado que la clave no reside tanto en el producto en sí, sino más bien en el tipo de vino que elegimos y la cantidad que tomamos a un tiempo.

Evitar el dolor de cabeza producido por el vino

Lo cierto es que no existe ninguna evidencia científica que determine con exactitud cuáles son los elementos del vino que producen el dolor de cabeza. Es el vino tinto, en concreto, el producto que tiende a ser el responsable de este tipo de patologías, pero no todas las bebidas alcohólicas de este tipo son responsables de la generación de cefaleas. También hay que tener en cuenta en esta ecuación la cantidad consumida, hay mujeres que con tan sólo una copa pueden llegar a sufrir una jaqueca y otras que, por el contrario, pueden llegar a beber una cantidad importante y no sufrir ninguna dolencia de este tipo.

Históricamente se ha apuntado en tres direcciones diferentes a la hora de explicar los dolores de cabeza producidos por el vino, sin embargo no hay estudios concluyentes que aporten pruebas irrefutables a favor de alguna explicación específica. Por un lado, contamos con la presencia de sulfitos en el vino, ya que alrededor del 1% de las mujeres son alérgicas a esta sustancia, sin embargo la modalidad blanca de esta bebida no produce dolor de cabeza y se ha demostrado que tiene más cantidad de sulfitos que la roja. Una de las teorías más famosas es la que señala a los taninos como responsables de las cefaleas y migrañas al liberar serotonina en nuestro organismo. Y una tercera línea es la que aborda las histaminas presentes en esta sustancia alcohólica, aunque algunos estudios han demostrado que no existe, a efectos prácticos, ninguna diferencia importante entre vinos con bajos niveles de histamínicos y vinos con altos niveles de histamínicos.

La salida más razonable reside en el sentido común. Si gustamos de beber eventualmente alguna copa de vino y sufrimos dolores de cabeza, deberemos buscar aquellas marcas que no nos provoquen estas cefaleas además de determinar cuál es la cantidad en la que habremos de limitar la ingesta.

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