Cómo conservar las castañas para poder comerlas más allá del invierno

Echa un vistazo a estos trucos y disfruta de estos frutos durante todo el año

Laura García, Periodista
En este artículo
  1. 6 formas de conservar las castañas para comerlas durante todo el año

Con la llegada del invierno, las castañas invaden los supermercados. Sin ninguna duda, ¡es la mejor temporada para consumir estos frutos! Y, por suerte, aún podemos ver bastantes puestos callejeros que nos dan la posibilidad de disfrutar de las castañas asadas.

Son muchos los beneficios que nos aportan y, aunque como todo, hay que comerlas con moderación, lo cierto es que es un auténtico placer el hecho de poder tomarlas de vez en cuando. Las castañas son ricas en fósforo, calcio, hierro, zinc, magnesio, cuentan con vitaminas del grupo B y ácido fólico. Además, también poseen altos niveles de fibra e hidratos de carbono.

Si te apasionan estos frutos tanto como a nosotras, en este artículo te traemos algunos consejos para conservar las castañas y poder comerlas más allá del invierno. Porque... ¿para qué vamos a conformarnos con comerlas únicamente durante unos pocos meses si podemos disfrutarlas durante todo el año? ¡Apunta, apunta!

6 formas de conservar las castañas para comerlas durante todo el año

Si te estás planteando conservar las castañas más tiempo para poder disfrutar de ellas el resto del año, echa un vistazo a estos pequeños y sencillos trucos:

1 En la nevera

Si bien este es un truco que no te permitirá conservar las castañas durante todo el año, sí te ayudará a distribuir mejor su duración en el caso de que tengas muchas en casa. Al frío del frigorífico las castañas pueden llegar a durar hasta un mes. Así que, primero, puedes comerte las que tengas fuera de la nevera (¡Ojo! Se recomienda que las saques de la bolsa y las pongas en un cestillo con agujeros donde pueda correr bien el aire). Después, las del frigorífico y cuando pase ese tiempo el resto que vas a poder conservar con los trucos que tienes a continuación.

2 Al vacío

Si cuentas con una envasadora al vacío, esta es una opción realmente buena. Puedes conservarlas directamente sin pelar, metiéndolas en una bolsa y haciendo el vacío.

3 En su jugo

Si te decantas por esta opción, lo que necesitarás es pelarlas y ponerlas a hervir (si alguna te cuesta más pelarla, no te preocupes, tras la cocción podrás hacerlo sin ningún problema). Después, solo tendrás que rellenar un tarro con las castañas y el jugo que han formado al hervirse, taparlas bien y ponerlas boca abajo hasta que se enfríen. Así, conseguirás crear un vacío que te permitirá guardarlas y que se mantengan perfectas durante muchos meses. Otra alternativa es conservarlas en almíbar, aunque hacerlo te llevará algo más de tiempo y lío en la cocina.

4 Congelación

Sí, las castañas se pueden congelar. ¿Lo mejor de todo? No pierden ni una de sus propiedades al descongelarlas. Tienes dos opciones: pelarlas antes y congelarlas sin piel metidas, por ejemplo, en una bolsita apta para el congelador o hacerlo con la cáscara incluida. Si optas por esta última opción, cuando estén congeladas no se quedarán pegadas y podrás cogerlas de forma individual. Cuando te apetezca comerlas, solo tendrás que sacarlas y dejar que se descongelen. No obstante, si tu plan es asarlas, ¡puedes hacerlo directamente incluso aunque estén congeladas! 

5 Deshidratadas

Para un resultado óptimo necesitarás una deshidratadora de alimentos. Si ya has probado alguna vez este aparato con, por ejemplo, fruta verás que el resultado es increíble. Eso sí, deberás pelarlas y limpiarlas bien antes de hacerlo.

Si, por el contrario, no tienes una deshidratadora en casa también puedes hacerlo con un pequeño golpe de horno. Raja las castañas primero para que no revienten y, una vez que las saques, déjalas secar con un papel en un sitio sin humedad.

6 Polvo de castañas

Una forma de poder comer castañas más allá del invierno es hacerlas polvo. Para ello, solo necesitarás molerlas con un molinillo de café o cocina.

Comer castañas durante todo el año va a ser muy fácil a partir de ahora, ¿verdad? Conservarlas no te va a costar nada y tenerlas en períodos en las que no son típicas te va a hacer disfrutar el doble de ellas. ¡Ñam, ñam!

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