Epilepsia: síntomas, tratamiento y reacción a ataques epilépticos

Leiore Garaio

Actualmente hay más de 50 millones de personas que padecen epilepsia en el mundo. Solo en España se cuentan 40.000 afectados por esta enfermedad. Desde el año 2008, cada 24 de mayo se celebra el Día Nacional de la Epilepsia o Día Morado (Purple Day) a partir de la iniciativa de una niña canadiense de 8 años y con el objetivo de informar y concienciar a la población sobre las precauciones que hay que tomar ante ataques epilépticos.

Qué es la epilepsia

La epilepsia tiene su origen en un desarreglo neurológico. Las neuronas que residen en nuestro cerebro transmiten señales eléctricas y químicas cuando funcionan correctamente. Cuando una de esas descargas impide la actividad normal de las neuronas por ser excesiva y repentina se produce una crisis. Una sola crisis no significa que se padezca epilepsia; deben ser recurrentes.

Tipos de crisis epilépticas o ataques epilépticos

Lo que siente cada paciente de epilepsia en una crisis varía en función del lugar donde se encuentra el foco de la descarga.  Antes de una crisis algunos enfermos tienen sensaciones que les alerta de que la crisis se va a producir. A estos avisos se les denomina aura. Realmente son crisis parciales antes de la crisis completa y tienen la ventaja de que permiten al enfermo tomar precauciones y avisar a sus acompañantes.

Las crisis o ataques epilépticos duran dos minutos como máximo; si no, hay que llamar a urgencias. Si el foco de la descarga afecta a los dos lados del cerebro son crisis generalizadas, mientras que las crisis parciales afectan sólo a un lado del cerebro. Pueden variar desde breves momentos de pérdida muscular, lo que supone caer al suelo, hasta rigidez, convulsiones y pérdida de la consciencia. Es habitual que, tras cualquiera de ellas, el paciente sufra cansancio y confusión.

Tratamiento de la epilepsia

El tratamiento farmacológico controla los ataques en el 75% de los casos. Puede ser necesario hacer cirugía cuando los ataques responden a un tumor o alguna otra formación en el cerebro. En estos casos las crisis pueden llegar a desaparecer.
 
Aumentan el riesgo de crisis cambios fuertes de rutina, mucho estrés, el embarazo, consumir alcohol o ponerse enfermo, por ejemplo.

Precauciones para personas epilépticas

Las personas que sufren epilepsia pueden llevar una vida absolutamente normal, aunque deben tomar algunas precauciones por su propia seguridad. No deben conducir ni manejar maquinaria pesada. Tampoco es conveniente que realicen actividades solitarias como escalada y otros deportes con los que puedan accidentarse. Para reducir la probabilidad de crisis los pacientes deben llevar una vida ordenada, descansar bien y no consumir alcohol.

Qué hacer ante un ataque epiléptico

En principio una crisis epiléptica no necesita hospitalización ni atención médica. Cuando hay una crisis con desorientación y mirada perdida, hay que controlar el tiempo y asegurarse de que vuelve a estar en plenas facultades antes de volver a dejarle solo. Si no vuelve en sí o la crisis dura mucho, hay que avisar a urgencias.

Si se trata de una crisis con convulsiones hay que apartar todo aquello contra lo que la persona pueda golpearse y esperar a que la crisis acabe. No hay que inmovilizarle ni tratar de meterle nada en la boca (a pesar de lo que dicen de meter algo en la boca para que no se muerdan la lengua). Una vez la crisis ha pasado, hay que colocar al paciente sobre su costado, por si vomita, y dejarle descansar.

Será necesario llamar a urgencias si la crisis dura más de dos minutos, si se ha herido, si después no se recupera, si respira mal, si hay un embarazo o si vuelve a tener convulsiones.

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