La Mula Herrada: leyenda colombiana que muestra la lealtad de un animal

Relato colombiano con una gran moraleja sobre la nobleza y la fidelidad de los animales

Azucena Zarzuela, Periodista
En este artículo
  1. ¿Quién es la Mula Herrada? Relato popular de Colombia
  2. El triste final de la Mula Herrada y su moraleja de fidelidad

La noche todo lo envuelve de oscuridad y misterio. Aquello que no vemos despierta nuestros temores y nos sugestiona para atraer a nuestras peores pesadillas. Y si encima hay un runrún popular de una leyenda folclórica que se cuenta por las esquinas de las calles bajo los farolillos, nuestra alma queda atemorizada y encogida hasta encontrar refugio en nuestro hogar.

Colombia tiene una riqueza de relatos populares, que se narran de generación en generación, muy extensa. ¡Saben cómo contar historias y atrapar nuestra atención! Tragedias románticas, explicaciones oníricas de fenómenos naturales y, por supuesto, auténticos mitos de puro terror. Un abanico muy amplio de leyendas que demuestran el arraigo de una cultura oral y de un folclore ancestral en sus gentes. Y esta vez en Diario Femenino viajamos hasta la ciudad de Bogotá para conocer la leyenda colombiana de la Mula Herrada, una magnífica historia que muestra más que ninguna otra la lealtad de algunos animales hacia los seres humanos.

¿Quién es la Mula Herrada? Relato popular de Colombia

Por estas tierras colombianas se cuenta que traspasada la medianoche los más asustadizos son capaces de escuchar el ruido del galope de una mula. Hasta aquí todo normal. Pero la sorpresa salta cuando las personas que han sido testigos nocturnos de los hechos aseguran que al animal no le monta nadie. No hay jinete sobre la mula ensillada. El animal va tan desenfrenado que levanta chispas cuando sus herraduras se arrastran por las calles empedradas. ¡Puro pavor desatado!

Toda bestia tiene sus orígenes. Nuestra mula protagonista fue antiguamente propiedad de don Álvaro Sánchez, un hombre que encontró en el juego su perdición. Los dados y las cartas le hicieron perder la cabeza y su fortuna. El conocido barrio de Las Nieves fue testigo de su desdicha. En poco tiempo, don Álvaro se convirtió en un hombre malhumorado, descuidado y agresivo. “¡Con lo que ha sido este hombre y dónde podría haber llegado!”, se oía a su paso.

A sus juergas nocturnas en un principio acudía sobre su mula parda, quien pacientemente esperaba amarrada en la entrada mientras la apuesta le nublaba la cabeza. Pero con el tiempo, el cuerpo crispado de don Álvaro ya no se sostenía sobre la silla. Fue entonces cuando el pobre animal dejó de disfrutar de sus paseos con su amo ya que esté la dejaba en casa cuando acudía a las casas de juego.

Sin embargo, la lealtad de la mula se impuso. Cada noche conseguía escapar de sus ataduras para acudir a medianoche a la sala de juego donde su amo descendía a los infiernos. Poco podía hacer, pero la mula sabía que no debía dejarle solo. Y es que, cuando un animal te entrega su devoción y fidelidad es para toda la vida.

El triste final de la Mula Herrada y su moraleja de fidelidad

Las consecuencias de la mala vida no tardaron en llegar. Don Álvaro Sánchez murió. Pocos fueron los vecinos que acudieron a su funeral, pues éste, en sus últimos días había ostentado el título de persona ‘non grata’ hasta el punto de que las mujeres cuando le veían cruzaban de acera para no tener que darle las buenas tardes. Solo su mula lloró su recuerdo. Desconcertada ante el fatídico suceso continuó asistiendo noche tras noche a buscar a su amo a la casa de juego, pero, claro, sin tener suerte de hallarle.

Dos meses después y sin haber faltado nuestra protagonista ninguna medianoche a su cita murió de pena. Desde entonces, dice la leyenda que su espíritu continúa deambulando por las calles para aterrorizar a las gentes que humillaron y se burlaron de su amo (aunque él solito se buscó su desgracia).

Qué importantes son los animales que nos acompañan a lo largo de nuestra vida. No nos juzgan, no hay reproches, solo lealtad infinita. Ellos llegan a ser verdaderos ejemplos de comportamiento para el ser humano. Su nobleza, su sentido del sacrificio, su valoración de la amistad y el cariño que ofrecen son dignos de admiración. Y, sin embargo, nuestra mula protagonista ha acabado convertida en una bestia de terror.

¿Habías escuchado alguna vez la leyenda colombiana de La Mula Herrada? ¿Qué te ha parecido? Si conoces más relatos similares puedes contárnoslos en los comentarios. ¡Te leemos!

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