Razones por las que deberías quitarte un tatuaje

Sonia Murillo
En este artículo
  1. Quítate tu tatuaje si…

Igual que hay muchas razones para hacerse un tatuaje también hay muchas para dejar de llevarlo. Quitar la tinta de tu piel es bastante doloroso y muy caro pero si te encuentras en alguna de estas situaciones, quizá haya llegado la hora de deshacerte de ese símbolo que llevas tatuado y ya no te hace tan feliz como antes.

Quítate tu tatuaje si…

+ Has roto con tu pareja y llevas su nombre tatuado: lo decimos siempre, hay que tener mucho cuidado con estos tatuajes porque luego puedes verte en esta situación. Si la relación ha sido un desastre, lo has pasado mal y ya no quieres saber nada de tu ex, ¡quítatelo!

+ Se ha pasado de moda: los tribales se llevaban muchísimo en los 90 pero seamos sinceros, ahora nos parecen lo peor.

+ Te parece feo: los gustos cambian está claro, así que si cuando lo miras te parece la cosa más horrible del mundo puedes deshacerte de él. Volverás a sentirte bien con tu piel.

+ Tu mejor amigo ya no lo es: os hicisteis unos tatuajes a juego chulísimos pero ahora que ya no os lleváis tan bien como antes quizá no tenga sentido conservar algo que te le recuerde a todas horas.

+ Está mal hecho: en tu mente era una cosa, incluso llevaste fotografías al estudio con tus ideas pero el tatuador no supo captar lo que querías y no tiene nada que ver con ese tatuaje soñado.

+ Ya no te sientes identificado: cuando te hiciste tu tatuaje de una guitarra eléctrica soñabas con ser el próximo Jimmy Hendrix pero con el tiempo  te diste cuenta de que la música no era realmente lo tuyo, así que tienes permiso para borrarla de tu piel.

+ Te trae malos recuerdos: te hiciste ese símbolo cuando estabas pasando una mala época pero lo cierto es que ahora solo te recuerda esos malos momentos y te hace sentir mal cuando te lo ves.

+ Has cambiado de creencias: Drew Barrymore empezó a borrarse todos sus tatuajes cuando se convirtió al judaísmo (luego se arrepintió y sus tattoos se quedaron donde estaban)…

+ Te dan problemas en el trabajo: hay empresas o instituciones que no permiten llevar tatuajes en ciertas partes del cuerpo así que si quieres formar parte de ellas no te queda otra que recurrir al láser.

+ Ya no te gusta: simple y llanamente, tu tatuaje ha dejado de gustarte, ya no te hace feliz ni te sientes bien llevándolo. ¡Fuera!

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