6 remedios caseros elaborados con hielo

Marta Valle

Remedios caseros con hielo

El uso del hielo como remedio casero para el tratamiento de diferentes dolencias se remonta a la antigüedad. Su poder terapéutico se basa en una transferencia de energía calórica hacia los tejidos corporales que producen un descenso palmario de la temperatura.

El cambio fisiológico más habitual e importante generado por este efecto redunda en la constricción de los vasos sanguíneos de la piel, reduciendo el flujo de la sangre por este órgano.

El hielo como componente central de remedios caseros

1 Calmar dolores musculares: Aplicar una bolsa de hielo en el área donde padecemos el dolor muscular durante unos 20 o 30 minutos resulta una alternativa casera a los tratamientos médicos a la par que un potente antiinflamatorio que ayuda a aliviar las molestias que podamos estar sintiendo.

2 Combatir el herpes labial: Tan sólo tenemos que colocar hielo directamente sobre el labio una vez que sintamos las primeras sensaciones de cosquilleo que provoca esta clase de herpes. De este modo, reduciremos de forma patente la inflamación asociada a la anomalía.

3 Reducir la fiebre: Hemos de llenar una bolsa de agua e introducir en el interior algunos cubitos de hielo, y aplicarla en zonas como la frente, las pantorrillas y las muñecas. Mediante la utilización de este remedio casero, lograremos reducir efectivamente el aumento de la temperatura del cuerpo.

4 Aliviar los dolores de muelas: Debemos aplicar una compresa fría o una bolsa de hielo sobre el área en la que se encuentre la pieza dental que nos está ocasionando dolor. Habremos de usar este método varias veces a lo largo de la jornada hasta que podamos visitar al especialista odontológico.

5 Detener el sangrado nasal: En caso de que suframos una hemorragia nasal, ya sea espontánea o provocada por un golpe, podemos colocar una compresa con hielo sobre la nariz con el objetivo de estimular el estrechamiento de los vasos sanguíneos y, por tanto, disminuir el sangrado.

6 Mitigar el dolor en los pies: Para la elaboración de este remedio casero, tenemos que envolver unos cuantos cubitos de hielo en una toallita húmeda y frotar suavemente con ella el área de los pies y los tobillos durante unos minutos. Posteriormente, secaremos la zona y volveremos a masajearla con vinagre o con agua de hamamelis.

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